A pesar de los cambios legales y sociales experimentados, la diversidad sexual sigue siendo, para unos pocos, un hecho incomprensible, indigerible o, simplemente, invisible. Para continuar modificando esta sensibilidad, se pueden redactar complejos mensajes o pronunciar acalorados discursos. Pero, como se demostró anoche en el arranque del III Festival de cultura Lésbica, Gay, Transexual, Bisexual e Intersexual (LGTBI) Diversa 2010, también se puede fomentar el respeto y la visibilidad en un ambiente distendido y divertido en el que reine la música y el sentido del humor.

Mientras los centenares de asistentes a la cita esperaban a que el acto diese comienzo, las risas y las bromas anunciaban una atmósfera de alegría que se transformó en euforia cuando el popular escritor y presentador Boris Izaguirre, pregonero de este certamen anual, se situó bajo la luz de los focos. En su intervención no faltaron las palabras comprometidas con este colectivo y los reproches a aquellos sectores que no aceptan esta realidad, pero todas sus palabras estuvieron acompañadas de decenas de anécdotas, de su particular ironía y de su inconfundible gesticulación.

Antes que él, la concejala de Cultura Ángeles Candela destacó el camino imparable de la tolerancia, y el alcalde Alejandro Soler advirtió del peligro que suponen las actitudes de quienes se oponen a este cambio social. Pero, esa noche, al menos hasta ese momento, todas las miradas estaban puestas en Boris Izaguirre, que fue capaz de mezclar sin dificultad las reflexiones sobre la educación y el amor con el sarcasmo sobre la ley de matrimonio homosexual, la moda y la promiscuidad.

Cuando bajó del escenario, la prosa y la retórica dejaron paso a la melodía y la poesía de la cantante y actriz Najwa Nimri, que abrió su corazón frente un público entregado. Antes de empezar, afirmó con parquedad que la diversidad sexual es "una realidad social natural sobre la que no cabe discusión". Pero, cuando cogió el micrófono, con su delicada figura, su rostro afilado y su cálida voz, la artista jordano-navarra volvió a sorprender a los presentes con la constatación del nuevo giro que ha imprimido a su carrera musical. Así, con algunos de sus temas más conocidos y con sus últimas composiciones plasmadas en "El último primate", su último disco, demostró su compromiso social y su acercamiento al mundo conceptual.

Con la visibilidad por bandera

Antes de estos actos, el Ayuntamiento impulsó un prólogo cargado de simbolismo para este festival con la colocación, en uno de los balcones de su fachada principal, de la bandera arco iris que, desde hace décadas, representa a este colectivo. La colocación de esta enseña, que ondeará en la Plaza de Baix hasta el 2 de julio, ha sido posible gracias a una moción presentada por Ángeles Candela, que ayer destacó la importancia de "la implicación de las instituciones en el respeto a la diversidad sexual". Desde su punto de vista, este tipo de acciones de gobierno "dan sentido a la actividad política" y contrarrestan "el acoso permanente de algunos sectores de la Iglesia".

Este gesto, unido a la colocación de carteles reivindicativos en varias dependencias municipales, ha conducido a la asociación Elx LGTBI a proponer a la federación española que aglutina a estos grupos sociales a distinguir a Elche como "Ciudad Gay Friendly". Para Ramón Fenoll, portavoz de esta entidad ilicitana recientemente constituida, pero que cuenta con casi un millar de seguidores, ayer fue "un día histórico para un colectivo que, por fin, hará oir su voz en esta localidad". Según explicó, la función de esta acción, que no tiene precedentes en la Comunidad Valenciana, es hacer visible a estas orientaciones sexuales y obligar a la gente a preguntarse y reflexionar sobre su situación.