Las provincias de Alicante y Murcia pretenden liderar un estudio prácticamente pionero en todo el mundo para tratar de buscar una terapia que, cuando menos, ralentice el avance de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa que paraliza progresivamente los músculos del cuerpo y para la que no sólo no hay cura, sino que todavía se desconocen sus causas.

De momento únicamente pretenden porque la situación actual de crisis y dado que la ELA está considerada una enfermedad rara -su incidencia es de 1,5-2 afectados por cada 100.000 habitantes- obtener fondos para su investigación cuesta mucho en multitud de ocasiones tanto de entidades públicas como privadas. De hecho ahora mismo falta la mitad del dinero que permita llevar adelante este estudio que ya ha sido todo un éxito en animales.

El responsable de este proyecto, Salvador Martínez, vicedirector del Instituto de Neurociencias, ubicado en el campus de Sant Joan, y donde se lleva a cabo buena parte del peso de esta investigación, indicó ayer en Elche, coincidiendo con el día mundial de lucha contra la ELA, que de momento se ha obtenido del Instituto de Salud Carlos III, perteneciente al Ministerio de Ciencia e Innovación, una subvención de 800.000 euros.

Con esta cantidad se haría frente a la mitad del nuevo estudio que, según Salvador Martínez, si no se pusiera en marcha antes de noviembre de este año estaría muy decepcionado.

El trabajo para el que se busca ahora financiación, tanto pública como privada, es una extensión y ampliación del que acabó en octubre de 2009. Hasta la fecha se ha operado a once pacientes a los que se les ha inyectado células madre en la médula ósea para tratar de frenar la patología, todo ello después de haber realizado las oportunas pruebas en ratones con gran éxito.

De esos once pacientes, algunos han visto cómo la enfermedad seguía evolucionando pero más lentamente, mientras que otros no han experimentado ningún cambio. Lo que sí afirma Martínez, responsable máximo de este estudio que se lleva a cabo conjuntamente en centros hospitalarios de Alicante y Murcia, es que no ha supuesto ningún perjuicio para ninguno de los afectados.

Ahora, de lo que se trata es de ampliar ese estudio a 20 pacientes más, aunque otros 40 también formarán parte del mismo aunque no serán inyectados con células madre. Este proyecto, de los pocos que siguen en marcha en todo el mundo, según el investigador principal, requiere una inversión de 1,6 millones de euros.

"Este estudio nos permitirá conocer de verdad si merece la pena seguir o no", apunta Salvador Martínez, quien, junto con la Fundación Diógenes, dedicada a los enfermos de ELA y sus familias, muestra su esperanza de lograr la financiación lo antes posible ya que precisamente lo que no tienen los afectados de esta enfermedad es tiempo, puesto que su esperanza de vida es de entre 2 y 5 años.