Los marcos han sido el primer paso para la instalación de las nuevas vidrieras de la cúpula de la basílica de Santa María, por la que cada año se introducen los aparatos aéreos del Misteri. Con una inmensa grúa, ayer se comenzaron los trabajos para la ubicación de las vidrieras restauradas. De hecho, las cuatro primeras de ellas, estarán en lo alto de la basílica antes del próximo 15 de julio; mientras que la restauración de las otras cuatro comenzará tras las representaciones de otoño del drama asuncionista ilicitano. El trabajo de mejora de estas vidrieras, sobre todo para recuperar la viveza de sus colores, comenzó a principios del mes pasado e implica un complejo y laborioso proceso de limpieza, reforzamiento, renovación, reparación y protección de las distintas partes de las cristaleras.