Tras publicar once discos y dedicar más de veinte años de su vida a la música, el compositor y productor norteamericano es capaz de asumir con orgullo que sus canciones nunca liderarán las listas de éxitos. Pero, además, su fuerte personalidad y su experiencia le permiten mezclar sin pudor temas como el amor, la muerte, la historia y la política reflexionar con seguridad sobre la inspiración de la música y el arte. Anoche, todas estas cualidades se pudieron comprobar en el patio de L'Escorxador, donde ofreció la última actuación de la gira por España en la que ha presentado "Blood from stars", su último álbum.

Dicen que sus nuevas creaciones, en las que se adentra definitivamente en el jazz y el soul, son las más complejas, oscuras y evocadoras de su carrera. ¿Cómo lo ha conseguido?

Estoy de acuerdo con esta definición, porque fui yo quien lo dejó entrever antes de su publicación. Sin embargo, este resultado no es producto de algo premeditado, sino de un proceso en el que la letra y la música se han ido influyendo mutuamente para ordenar el caos.

Como en sus discos anteriores, la grabación de "Blood from stars" se produjo en muy poco tiempo. ¿Qué ventajas proporciona esta premura?

La presión obliga a los músicos a implicarse y concentrarse más en su trabajo, y esto aporta una mayor espontaneidad y frescura. Sin embargo, esto sólo es posible si se cuenta con un buen equipo de profesionales, y yo lo tengo.

¿Cómo valora la reacción del público español en su gira?

Como en otras ocasiones, estoy gratamente sorprendido por su acogida. Mi música es muy tranquila y la letra tiene mucha importancia, pero el público español siempre ha sabido entender y apreciar mis canciones. Además, estar aquí, en la costa, me hace sentir como en casa por su parecido con California.

No obstante, usted mismo reconoce que sus melodías sólo son seguidas por una minoría.

Mi música requiere atención y predisposición a escuchar, dos cualidades poco comunes en la actualidad. Por eso, no me sorprendo y, cuando escribo mis canciones, ya no me pregunto si le interesarán a mucha gente.

Además de componer, también produce discos de artistas tan importantes como Solomon Burke y escribe poemas y ensayos. ¿Qué diferencias existen entre estas actividades creativas?

Al principio, lo veía todo separado, pero he encontrado el nexo que los une. Producir te proporciona más libertad y escribir prosa te permite expresar otras ideas, pero en todas se ejercita el mismo músculo.

En ocasiones, ha manifestado su afición por la lectura de autores como García Márquez o Raymond Carver. ¿Cómo influyen este tipo de obras en sus canciones?

Desde hace tiempo, estoy abierto a todas las perspectivas y, por eso, la literatura y las artes plásticas condicionan más mis creaciones que la mayor parte de la música. Cuando era joven, quería que mi voz imitase a la de Bob Dylan, pero ahora me inspiro más en artistas como Picasso.