La memoria histórica en la transición con Franco, la permisividad en la educación de los hijos, las políticas de igualdad de Aído y Miguel Hernández fueron temas a los que se enfrentaron cerca de 6.000 alumnos de la provincia en la nueva selectividad que ayer arrancó. Cuestiones con conexión directa y actual con lo que ocurre en nuestro país y que a más de uno le cogió de imprevisto.

"Nos han pillado con lo de la memoria histórica en la transición. Me sonaba de lo del juez Garzón, pero nos han pillado. El resto era más sencillo". Miguel Cano, del Instituto Virgen del Remedio de Alicante, salía algo pesaroso en la Universidad de Alicante tras la primera jornada en la que los temas a elegir han situado en plena actualidad a los estudiantes.

Además de por la historia del siglo XX, frente a la del XIX, la mayoría se había decantado por el esperpento de Valle Inclán frente al contenido social de la poesía de Miguel Hernández. Y eso que reconocían haber llegado convencidos de que caería el poeta en el año de su centenario, "pero Valle Inclán era más corto, más sencillo", afirmaban.

Mientras tanto, en el campus de Elche el debate se centraba más en si la nueva selectividad es más fácil o más difícil que la "antigua". Disparidad de opiniones en realidad al término del primer ejercicio. Alberto López, que aspira a estudiar Ingeniería Mecánica o Civil, asegura que la nueva "es más difícil en asignaturas como Valenciano y Castellano, porque ambas incluyen más contenidos".

De la misma opinión era su compañera del Instituto Tirant lo Blanc de Elche Raquel Garcerán, que ayer expresaba que en conjunto le parece más difícil porque desde mucho antes hay que apostar por un bloque concreto de asignaturas en función de la carrera en la que te quieres matricular.

Como la mayoría de los jóvenes estos días se examinan, Raquel confesaba que ha dedicado cerca de una semana a preparar estos exámenes que decidirán su futuro.

La primera prueba de fuego fue -en esto no ha cambiado- el comentario de texto. En este caso los alumnos podían optar por dos artículos periodísticos, que trataban sobre igualdad y la permisividad de los padres; y dos cuestiones a desarrollar entre las que elegir: el esperpento, o el compromiso social y político en la poesía de Miguel Hernández.

"Ha faltado tiempo", coincidían en insistir José Antonio, que quiere ser enfermero; César Nohales, futuro arquitecto; o Kevin Egea, aspirante a economista, todos ellos de Salesianos de Elche que, al tiempo, se quejaban de que era un poco maratón porque ayer tenían previsto acabar a las siete de la tarde y hoy, a las nueve de la mañana, volverán a estar rellenando folios.

Javier Gómez, coordinador de las pruebas en la UMH, y que ayer resaltaba sobre todo, al igual que lo hacían desde la Universidad de Alicante, que pese a que se esperaba un gran número de incidencias dadas las novedades, ha sido uno de los arranques de selectividad más tranquilos de los últimos años, indicaba que es cierto que las jornadas son más largas "porque los descansos entre examen y examen son de 45 minutos, frente a los 30 de antes".

En cualquier caso ante esa opinión de algunos alumnos de que las nuevas pruebas de acceso son más complicadas, otros estudiantes, y más que nada profesores, están convencidos de que el listón que se exige en selectividad cada vez es más bajo. Varios profesores coincidían en manifestar esta impresión, al tiempo que lo achacaban a que la universidad española precisa de alumnado. En este sentido se calcula que aproximadamente sólo un 50% del Bachillerato acude a la convocatoria de junio.

Otro de los datos curiosos que se subrayaba ayer era el hecho de que aproximadamente el 70% de los alumnos se examinará de la parte no obligatoria, es decir, de más exámenes de los cinco que son obligatorios. "Lo bueno es que sube nota. Nunca pierdes puntuación", reflexionaba el alumno Alberto López que, al igual que el resto de examinados, antes de entrar al primer examen ya había recibido un horario personalizado donde se reflejaba el aula, la hora y las materias que había elegido examinarse desde ayer hasta mañana que finalicen las pruebas.

Hasta entonces, los tribunales están avisados de que deben estar más vigilantes si cabe ante la moda del pinganillo. Con o sin él, los jóvenes continúan copiándose en selectividad.