Miradas con las que afrontar las realidades que nos envuelven o que envuelven sus esculturas, reflexiones en distintos materiales y conversaciones a través de las diferentes materias. Así, sencillo y directo, es el mensaje de Ángel Hernández, trabajado en horas de soledad y silencio, y esperando una respuesta de otras miradas, las del público. Con su próxima exposición, este premiado jornalero del arte, se ha involucrado de lleno con los individuos, con los que camina día a día, paso a paso, y ha reflexionado sobre sus edificios, sobre el trabajo que se tiene o se pierde y sobre la calidad de vida.