Toni Miró quedó subyugado hace más de una década por la belleza de la bicicleta y desde entonces ha utilizado de forma constante este objeto en su producción plástica. "Pinté la primera bicicleta, por casualidad, en el año 91 y me sorprendió sobremanera porque es un elemento diáfano y poético, además de inusual en la pintura", reconoce el artista plástico, quien destaca la "transparencia" de un objeto que te permite ver lo que hay detrás de él.

Miró lleva toda la semana montando una exposición que se inaugura esta tarde en la sala de la Lonja y que estará dedicada a la bicicleta. "La muestra es un homenaje a este medio de transporte, un pretexto para promocionar la implantación de este tipo de transporte en una ciudad en la que el Ayuntamiento está preocupado por la contaminación y las alternativas para preservar la naturaleza y el medio ambiente", señaló el autor, quien presentará en la muestra cerca de cuarenta piezas plásticas y gráficas y entre las que se incluyen varias esculturas. "La bicicleta me enganchó y desde el año 91 asiduamente he pintado muchas por mi preocupación personal por la naturaleza.

En la exposición que se podrá contemplar en la Lonja desde el viernes se presentan obras elaboradas desde el año 91 hasta la actualidad. "Hay pintura, obra gráfica y bicis de "bulto" que han sido colocadas en un soporte reconvertido en obra plástica con pigmentos y limaduras de metal. También hay tres esculturas en hierro que son de acero cortem y que comencé a realizar en el año 2003", explicó Miró, quien destacó que se trata de una exposición original, atractiva y con encanto y que se presenta bajo el título de "La volta de Antoni Miró".