L a ciudad de Elche y sus municipios colindantes se vieron sorprendidos a media tarde de ayer por un terremoto de fuerza 2,6 en la Escala Ritcher, según datos facilitados por el Instituto Geográfico Nacional. No obstante, a pesar de no tener prácticamente consecuencias en cuanto a desperfectos, sí creó en un principio una cierta alarma entre la población dado que la sacudida resultante fue muy intensa.

El movimiento sísmico se registró a las 18.36 minutos y tuvo su epicentro al este de la ciudad, en un punto más bien próximo a Torrellano, pero que se dejó sentir sensiblemente en varios kilómetros a la redonda, incluso en localidades como Crevillent, Santa Pola y algún punto de la ciudad de Alicante, según algunos testigos.

De hecho, tanto los habitantes de las pedanías ilicitanas como los del casco urbano fueron totalmente conscientes de que el suelo se movía durante unos pocos segundos.

A los pocos minutos de detectarse el terremoto, el Instituto Geográfico Nacional ya precisaba desde Madrid que el epicentro había sido localizado concretamente a cinco kilómetros al este del propio casco urbano ilicitano.

De igual modo, desde este instituto dependiente del Ministerio de Fomento se precisó que, pese a que la intensidad real fue de 2,6 grados, los ciudadanos lo percibieron como si hubiera sido de 4 grados «porque el movimiento sísmico se produjo en un nivel muy superficial».

En un primer momento se informó también que se habían registrado dos réplicas de menor escala, una de ellas de incluso 1,9 grados, aunque posteriormente fuentes del Instituto Geográfico Nacional lo desmintieron.

Por su parte, según informó Efe, desde el Centro Sismológico Euro-Mediterráneo (CSEM); se indicó que el temblor, con intensidad II-III, se registró a 38.27 grados de latitud norte y a 0.64 grados de longitud oeste, mientras que el epicentro se localizó a dos kilómetros de la zona este del centro urbano de Elche y a once kilómetros del noroeste del término municipal de Santa Pola.