Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El éxito de un equipo de autor

Las dudas sobre la continuidad de Pacheta ensombrecen el histórico ascenso de un Elche admirado por su humildad y gran espíritu competitivo

Los jugadores del Elche celebran en la noche del domingo al lunes en Montilivi su ascenso a Primera con el técnico Pacheta a la derecha. LOF

El Elche completó en la noche del domingo en Girona el ascenso más largo de su historia. El equipo franjiverde comenzó a preparar esta agotadora y estresante temporada el 14 de julio de 2019 y la culminó 13 meses y 10 días después en Montilivi con una gesta histórica, la de un equipo humilde, esforzado y comprometido que en poco más de dos años ha pasado de Segunda B a LaLiga Santander superando toda suerte de adversidades institucionales, económicas y deportivas: desde los condicionantes del límite salarial a comienzos de esta campaña a la venta del club a finales del año pasado al inversor argentino Christian Bragarnik, pasando por la pérdida de jugadores importantes en el último mercado invernal como Gonzalo Villar y Yacine Qasmi. El éxito inesperado de este conjunto admirado en toda España es el triunfo de un equipo de autor, cuyo máximo responsable es el entrenador José Rojo, Pacheta. Por todo ello, en medio de la euforia reinante en el franjiverdismo, las dudas sobre la continuidad del técnico en el banquillo son la única nota discordante en los fastos de este sexto ascenso a la máxima categoría en la historia del Elche.

Ningún gesto de aproximación en la celebración oficial entre Pacheta y el dueño Bragarnik

Las alarmas saltaron en un sector de la afición ilicitana el pasado día 13 cuando el técnico burgalés habló en pretérito perfecto de su paso por el banquillo franjiverde, al que llegó en febrero de 2018 en medio de la convulsión por el despido de Josico en Segunda B. «Ha sido un orgullo dirigir a estos jugadores», declaró Pacheta a los micrófonos de Movistar tras el épico empate a cero en la ida de las semifinales del «play-off» ante el Zaragoza, en la que el Elche aguantó firme 70 minutos con un jugador menos por la expulsión de Jonathas. Pocos días antes, la prensa argentina había publicado que Bragarnik apostaba por uno de sus representados, el también argentino y exentrenador de San Lorenzo de Almagro Jorge Almirón, como posible recambio de Pacheta. Desde entonces, ni el preparador de Salas de los Infantes, ni nadie del club han despejado la incógnita sobre su futuro. Antes al contrario, la entidad aplazó ayer la reunión prevista con el actual técnico y el «míster» se marcó un período de reflexión en un tono más melancólico que ilusionado. La afición ilicitana venera a Pacheta, que se ha convertido por derecho propio en uno de los entrenadores con más proyección del fútbol español. No debe de resultar nada fácil para el nuevo propietario tomar una medida tan impopular como prescindir de uno de los grandes artífices de este milagro.

Un equipo rocoso y solidario, pero también alegre y vistoso

Sexto en la tabla tras la no menos milagrosa victoria «in extremis» del Deportivo sobre el Fuenlabrada, el Elche entró en el «play-off» como el último candidato a la tercera plaza de ascenso frente a rivales de alcurnia y pedigrí como el Zaragoza, Almería y Girona. Pero, como todo el año, el conjunto ilicitano se sobrepuso a la adversidad para firmar una fase final impecable con cuatro partidos sin encajar un solo gol, gracias a la inspiración del portero Edgar Badia -sobre todo ante el Zaragoza, porque el Girona apenas le exigió- y al gran trabajo colectivo en defensa de este equipo rocoso, entregado y solidario, en el que todos van a una cuando les toca jugar o apoyar desde el banquillo. Dejó su sello de autor Pacheta sobre todo en la final ante el Girona cuando cambió su esquema habitual de 4-2-3-1 para pasar a la defensa de tres centrales - Gonzalo Verdú, Dani Calvo y Josema- en un 3-4-3 que secó en buena medida la creatividad del conjunto catalán. Pero no solo el rigor táctico y la fortaleza defensiva han sido señas de identidad de este Elche capitaneado por el eterno Nino, otro símbolo del franjiverdismo. El equipo también ha dejado grandes momentos de fútbol alegre, rápido y combinativo.

La unidad del grupo como piedra angular del vestuario

Prácticamente no hay jugador en la caseta franjiverde que no resalte la unión del grupo como la clave esencial del éxito de este equipo. La habilidad para manejar el vestuario de Pacheta, con mucha más zanahoria que palo, es otra de sus aportaciones. Ha sabido dosificar a la plantilla con rotaciones frecuentes para mantenerla fresca en el aspecto físico y motivada en el emocional. Convencidos de la necesidad de «correr por el de al lado» para superar cualquier barrera, los jugadores también se dejaron persuadir por el técnico de que podían competir de igual a igual con los mejores de la categoría y alcanzar un sueño inimaginable cuando todo empezó en julio de 2019.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats