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El Elche repite viejos errores y da negativo en el test del «play-off»

Los franjiverdes reeditan su incapacidad para cerrar los partidos en los que se ponen por delante y su falta de ritmo al inicio de las competiciones

El lateral izquierdo del Elche Juan Cruz, sobre el césped de El Toralín el lunes ante la Ponferradina. LOF

El Elche de la «nueva normalidad» ha pasado de la «ilusión» a la decepción en apenas tres días. Sin caer en el derrotismo, el equipo de Pacheta ha reeditado en sus dos partidos tras la reanudación de LaLiga antiguas carencias que le alejan del ascenso directo y le pueden sacar esta misma jornada de la sexta plaza que da acceso a la fase final para subir a Primera. El lunes en Ponferrada y el viernes en casa ante el Extremadura, el conjunto ilicitano fue incapaz de mantener la ventaja en el marcador tras adelantarse prácticamente en su primer remate y volvió a mostrar la falta de intensidad, ritmo y juego que en el arranque de esta insólita temporada el pasado mes de agosto. La falta de un organizador nato tras la marcha de Gonzalo Villar y la poca aportación de los cambios desde el banquillo también han lastrado al Elche tras el parón por el coronavirus. La aportación en goles y juego del «eterno cuarentón» Nino no son suficientes.

El Martínez Valero, carencia recurrente

Flojo inicio frente a dos rivales de la parte baja y poco margen para el error y la rectificación

Como ya sucediera en el arranque del curso, al Elche le ha costado entrar en la competición en esta «mini-temporada» de 11 partidos que debe afrontar en poco mas de un mes con el ilusionante reto de defender su sexta plaza de promoción de ascenso. Frente a dos rivales de la parte baja de la tabla -el vicecolista Extremadura y el meritorio recién ascendido Mirandés, verdugo del Hércules-, los franjiverdes han sumado un solo punto de seis y, lo que es peor, han dado muestras de debilidad y de verse superados durante bastantes minutos. El Elche no ganó su primer partido en casa este curso hasta la octava jornada (un sufrido 1-0 ante la Ponferradina, precisamente) y en El Toralín se difuminó su condición de uno de los mejores visitantes del campeonato. Pacheta admite que les cuesta empezar las campañas y coger el adecuado tono físico, mental y de confianza y que el equipo está evolucionando, pero en una serie de 11 partidos prácticamente cada tres días el margen de error y de rectificación es mucho más reducido.

Falta de concentración

Dos partidos que se escapan tras adelantarse el Elche en su primer remate a puerta

Sea por falta de concentración, de autoridad o de intensidad -o de las tres cosas-, al cuadro ilicitano se le vuelven a escapar puntos y encuentros después de adelantarse en el marcador, como ya ocurriera en otras fases de la temporada. «Manejar y cerrar los partidos», según lo define Pacheta, que recalca que sus jugadores «tienen que hacer muchas cosas bien para ganar» y disponen de plena autonomía para tomar decisiones cuando se ponen por delante. En Ponferrada y ante el Extremadura, el Elche obtuvo el premio del gol antes de merecerlo, prácticamente en su primer remate en ambos partidos, pero volvió a despistarse. Sobre todo en El Toralín, donde encajó el empate cuatro minutos después de adelantarse, al filo del descanso y en una acción a balón parado. Demasiadas concesiones por parte de un equipo que quiere aspirar a luchar por el ascenso.

Control estéril del juego

Mucha posesión para muy poca verticalidad y cambios erráticos

Si en la retaguardia el equipo ha perdido tensión y anticipación -como se vio en el gol del empate de la Ponferradina-, el Elche tiene aún un problema mayor en la zona de creación y remate. Los franjiverdes llegaron a tener en El Toralín una posesión por encima del 60%, pero muy poca profundidad y escasa producción ofensiva, al igual que en el primer partido. Tras el gris empate con el Extremadura, el técnico confió en recuperar la verticalidad con la vuelta de jugadores como Fidel, pero el onubense tampoco cambió el decorado y el juego volvió a ser plano y sin mordiente. Con Iván Sánchez en el doble pivote para crear, el equipo gana un poco de orden y circulación, pero pierde mucho desborde en la banda, una de las constantes del mejor Elche, como se vio en la novena asistencia de Juan Cruz en el gol de Nino. Pacheta también quiere para este rol de organizador a Víctor Rodríguez, que ha vuelto a sufrir una lesión muscular, pero el equipo sigue penando la marcha al Roma de Gonzalo Villar, el hombre que jugaba y mejor hacía jugar a su alrededor. Tampoco ayudaron en El Toralín los cinco cambios. Aunque no haya una relación causa-efecto directa, la sustitución de Nino por Folch coincidió con el 2-1 de la Ponferradina, dio la sensación de que Josan debió salir mucho antes para buscar la victoria en lugar del empate y la entrada al final de Andoni y Josema fue más un recurso a la desesperada que una solución para este Elche, que ha dado negativo en la lucha por el «play-off».

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