Segundo partido del Elche tras el parón por la pandemia y segunda decepción: un punto de seis posibles. El entrenador franjiverde José Rojo, Pacheta, reconoció ayer tras la derrota de su equipo en El Toralín (2-1) que el conjunto ilicitano es «capaz de hacer lo más difícil», ponerse por delante en el marcador, e incapaz de manejar el partido. Le ocurrió ayer en Ponferrada y el pasado viernes con el empate a uno en el Martínez Valero ante el Extremadura.
«Es un partido para no haberlo perdido y me ha gustado más que el del viernes, pero hemos pagado las concesiones», analizó Pacheta, que indicó que al Elche «le cuesta empezar las temporadas y alcanzar el estado físico, mental y de confianza» idóneos, aunque destacó que el conjunto ilicitano está «evolucionando» y «compite y da la cara en todos los sitios».
«Vamos a pelear por todo, pero lo primero son los 50 puntos, que están muy cerca; y ahora, a pensar en el Girona», resaltó el preparador burgalés, cinco días después de reconocer que el Elche tiene intención de luchar por meterse entre los seis primeros clasificados y aspirar al «play-off» de ascenso. El conjunto ilicitano es sexto con 47 puntos, pero su plaza de privilegio la amenazan ya el Mirandés, Rayo Vallecano y Alcorcón, que pueden arrebatársela esta misma semana si ganan sus respectivos partidos y los dos últimos lo hacen por un número suficiente de goles de diferencia. Además, el próximo viernes (19,30) recibe en el Martínez Valero al peligroso Girona, quinto clasificado con un partido menos.
«El vestuario está jodido y es necesario que corrijamos errores porque cuando pierdes es que algo has hecho mal», indicó el entrenador, al que no le gustó el arbitraje de Vicandi Garrido, pero sin querer poner la actuación del colegiado como excusa de la derrota. «El míster es el que más mete la pata, pero no estoy preocupado, ni decepcionado, sino expectante por que el equipo mejore y recupere el nivel que teníamos cuando todo se paró», agregó el técnico.
Pacheta destacó que su equipo tuvo el partido durante mucho tiempo «controlado» y buscó diferentes variantes para hacer daño a la Ponferradina, «pero el rival también juega y es difícil frenar aquí su empuje».
