Si un jugador saltará este domingo motivado al césped del estadio de Vallecas, ese será Yacine Qasmi, hasta hace poco más de un mes ariete del Elche, pero desde la noche del pasado 31 de enero jugador del Rayo Vallecano.
Ese sorprendente cambio de camiseta tras un año como franjiverde vivirá su primer juicio directo en el encuentro entre madrileños e ilicitanos de esta jornada, apenas 37 días después del traspaso que hizo al hispano-marroquí tomar el AVE en dirección a Madrid para sumar un nuevo club a su extenso currículum. Allí también se vio como un movimiento extraño e incluso su entrenador, Paco Jémez, en guerra abierta con el presidente del club, no recibió precisamente con los brazos abiertos a su nuevo futbolista.
La situación actual es muy diferente. Yacine se ha ganado en un mes el cariño de su entrenador, de sus compañeros y de su nueva afición gracias a las mismas virtudes que demostró en la ciudad de las palmeras: lucha infatigable y buen conocimiento del juego. Además, ya sabe lo que es marcar como franjirrojo. Lo hizo la semana pasada, en el Carlos Belmonte frente al Albacete. Lleva cuatro partidos con el Rayo (tres de ellos como titular) y las sensaciones son muy positivas.
Su rendimiento en Elche apenas tuvo puntos negativos. Llegó de Segunda B para suplir la baja de Sory Kaba y consiguió que nadie echara de menos al guineano. Trabajo por delante de gol, pero nunca ausente en este apartado, este curso llevaba 7 dianas en Liga hasta su venta al Rayo Vallecano, peleando con Fidel como pichichi franjiverde. Solo la llegada del idolatrado Jonathas hizo que la herida de su baja apenas sangrara, al menos en primera instancia. El rendimiento de los dos arietes dictará sentencia definitiva sobre el movimiento invernal cuando llegue el verano y la temporada concluya. Este domingo, sin embargo, habrá un primer examen.
Verdugos muy conocidos
En Vallecas se pondrá en liza la famosa maldición del «ex» en el fútbol. Esa que dice que las probabilidades de que marque un rival se disparan cuando este ha militado en tu equipo. Este curso, sin ser un especialista goleador, el Elche ya lo sufrió con Hugo Fraile en la primera jornada de Liga.
Esta especie de maldición es tan antigua como el propio balompié. Y en el Elche se ha sufrido desde los años 30, cuando Francisco Gorgé marcó seis goles en cinco partidos oficiales a los ilicitanos con el Hércules, tras haber lucido previamente la franja verde. De aquella época en blanco y negro queda también el tanto de una leyenda como Pierita, máximo goleador histórico del Elche hasta que hace poco Nino le superó. El gallego anotó un gol a los ilicitanos con el CD Málaga en la 1942/43. Curiosamente, Nino también sabe lo que es marcar al equipo de su corazón: lo hizo hasta en tres ocasiones con el Tenerife. Posiblemente, sus goles más amargos como profesional.
La lista de goleadores que, tras jugar en el Elche, luego marcaron a su exequipo la encabeza Rubén Cano. El hispano-argentino hizo hasta 7 goles al Elche con tres clubes diferentes: Atlético de Madrid, Tenerife y Rayo. Para su recuerdo personal seguro que queda el «hat-trick» que firmó en un espectacular 4-4 de la 1977/78. El Elche ganaba 4-2 en el minuto 85 y dos tantos de Cano impidieron el triunfo franjiverde.
Jorge Molina, Álvaro, Ángel o Eloy, ya con televisión y fotos en color, también recordaron sus tardes goleadoras en Elche, pero como rivales. Especialmente bien se le daba volver a casa al primero de ellos, que ha marcado a los ilicitanos siempre que se ha medido a ellos. El curso pasado, Álvaro se reivindicó frente al equipo de su ciudad con un «hat-trick» que fue clave para que posteriormente ganara el trofeo Pichichi.
Claudio, Cristian Herrera, Armentano, Cuxart, Sixto, Ré, Cardona, Merayo, Neri, Carlos, Suárez, Saavedra, Jesús, Moisés, Óscar Díaz, Peragón, Linares y Guillermo completan la lista maldita del Elche. Esa de la que quiere pasar a formar parte Yacine Qasmi este domingo. En el vestuario franjiverde conocen muy bien su peligro. La alerta ya está lanzada.
