Este Elche se va a haciendo mayor con el paso de los encuentros, va creciendo sin límites y es capaz de codearse con los grandes como demostró anoche en el estadio Ramón de Carranza, donde el líder Cádiz se está mostrando inexpugnable en la actual temporada.
El conjunto de Pacheta sumó un punto de prestigio, que fue tan justo como trabajado. Los franjiverdes se mostraron como un equipo intenso, solidario en defensa y muy bien posicionado en el terreno de juego, que incluso dispuso de ocasiones de gol para llevarse la victoria.
A diferencia de otros partidos, Edgar Badia, a pesar de que tuvo un par de intervenciones de mérito, no tuvo mucho trabajo porque los gaditanos apenas dispusieron de oportunidades de gol. Sus llegadas al área ilicitana fueron más por ímpetu que por jugadas trenzadas, porque el Elche presionó muy bien y apenas dejó tocar el balón al cuadro amarillo.
Pacheta apostó por Manuel Sánchez como sustituto del sancionado Gonzalo Verdú en el centro de la defensa. El cordobés cumplió con nota, a pesar de que jugó condicionado desde el minuto 19 por una tarjeta amarilla en su guerra particular con el Choco Lozano.
Iván Sánchez, como era previsible, ocupó el puesto del lesionado Fidel. El jienense se situó en la izquierda y Josan se mantuvo en la banda derecha. Las dos decisiones del preparador burgalés le salieron a pedir de boca.
Durante la mayor parte del partido, los franjiverdes tuvieron el control del juego y del encuentro. En el primer tiempo fueron por momentos superiores al líder con un Josan, que continúa estado de gracia, siendo un puñal por la banda derecha.
El crevillentino tuvo un remate, tras una contra en un saque rápido de portería de Edgar Badia, para adelantar a los ilicitanos, pero el esférico salió demasiado cruzado. Poco antes, Gonzalo Villar, quien también sigue creciendo a pasos agigantados y cada vez muestra más personalidad en el centro del campo, tuvo un remate de cabeza a centro de Josan que detuvo Alberto Cifuentes. Nino también dispuso de una buena opción, pero estaba demasiado escorado, Fali le impidió rematar con comodidad y el balón se perdió por la línea de fondo.
Poco trabajo para Edgar Badia
El Cádiz solo alteró los nervios de los franjiverdes durante los primeros 45 minutos en un centro de Álex Fernández, que no encontró rematador; y en un disparo de Perea, su jugador más peligroso, ya con el tiempo cumplido, que tras rebotar en Ramón Folch, se estrelló en el larguero.
El Elche tuvo mayor posesión durante el primer tiempo, intentado siempre sacar el balón controlado desde su portero y buscando los espacios para hacer daño por las bandas.
En el comienzo de la segunda parte parecía que las cosas iban a cambiar porque el Cádiz trató de meterle una marcha más al juego empujado por una afición del Carranza volcada con su equipo.
El exfranjiverde Álex Fernández intentó echarse al equipo a la espalda moviéndose por todo el campo del Elche. El madrileño ofreció un buen centro que se paseó por la frontal del área pequeña sin encontrar rematador. Poco después, el Choco Lozano también disparó excesivamente cruzado.
En esos primeros compases del segundo tiempo parecía que el Cádiz iba a terminar llevándose el encuentro.
Pacheta reaccionó. Quitó a un cansado Josan, pasó a Iván Sánchez a la banda derecha y situó al lateral izquierdo Andoni López como interior por delante de Juan Cruz.
Al minuto de salir al campo, el joven futbolista vasco aprovechó una prolongación de Yacine para plantarse ante Alberto Cifuentes, pero su remate salió rozando el poste. Fue la mejor ocasión del partido por parte de los dos contendientes.
El técnico franjiverde decidió sustituir a Yacine por Claudio Medina para dar más frescura al ataque. En ese caso la fortuna no sonrió porque el delantero leonés recibió un fuerte golpe en el pie y tuvo que pedir el cambio.
Sufrimiento final
En los últimos diez minutos, los gaditanos echaron el resto y apretaron mucho. El Choco Lozano dispuso de un remate de cabeza, que obligó a lucirse a Edgar Badia. Y en el tiempo añadido, de nuevo Perea pudo marcar, pero, afortunadamente, la pelota salió desviada.
Hubiera sido totalmente injusta la victoria del Cádiz porque ni por juego, ni por ocasiones, fue mejor que el Elche, que plantó cara en todo momento y fue superior en muchos momentos.
Al final del partido, los jugadores terminaron extenuados por el gran esfuerzo realizado debido a que el partido se jugó con mucha intensidad y requirió máxima concentración durante los 93 minutos que duró el juego.
El reparto de punto hizo justicia porque ninguno de los dos conjuntos merecieron el dolor de la derrota. Ya lo tenían sus futbolistas en el cuerpo por el enorme esfuerzo realizado.
Además, el reparto de puntos dejó satisfecho a ambos contendientes porque el Cádiz continúa como líder destacado, a pesar de que no está en una buena racha y lleva varios partidos sin ganar.
Por su parte, el Elche acumula seis partidos sin perder en los que ha sumado once puntos de 18 puntos posibles, lo que le permite seguir distanciado a diez puntos de los puestos de descenso y mantenerse cerca, a dos, de las plazas de promoción de ascenso a Primera División.
Pero lo más importante es la confianza que destila el conjunto ilicitano que está demostrando que tiene preparación para luchar por cotas mayores que la permanencia, aunque, como insiste Pacheta, no puede desviarse del camino que viene trazando hasta ahora.
Este Elche está capacitado para codearse con los grandes, pero siempre desde la humildad, el trabajo y el sacrificio, como demostró ayer en el Ramón de Carranza frente al líder destacado de la tabla.
