El fútbol es muy cambiante y en apenas dos semanas el Elche ha visto como después de la victoria en Girona el que más o el que menos se ilusionó y veía a la plantilla capacitada para conseguir cosas grandes y ahora, solo 15 días después, la derrota y, sobre todo la imagen, mostrada en Huesca, ha vuelto a poner los pies en la tierra.
A un encuentro de llegar al primer tercio de la competición, los franjiverdes están a la misma distancia -tres puntos- de las plazas del «play-off» que del descenso. Es decir, a un partido de ambas. El mensaje de Pacheta y por ende de sus jugadores siempre ha sido llegar cuanto antes a los 50 puntos para luchar por metas mayores. Pero después del buen comienzo de Liga, sobre todo a domicilio y con campanadas como las de Girona, eso lo decían con la boca pequeña y eran conscientes de que podían estar peleando por la parte alta.
Ahora más que nunca y viendo los vaivenes que da la competición, el cuadro ilicitano se debe centrarse exclusivamente en la permanencia y dejar a un lado los cantos de sirena. Todo lo que sea desviarse de ese camino podría tener consecuencias desagradables. Entrar en una dinámica negativa es peligroso y muy difícil de superar. Ahí están los ejemplos de Málaga y Deportivo, que estaban llamados a luchar por cotas mayores.
Aunque siempre hay alguna excepción que confirma la regla, como es el caso del Fuenlabrada recién ascendido y debutante que ocupa la tercera posición, o Las Palmas la temporada pasada, normalmente los presupuestos son determinantes y no hay que olvidar que el conjunto franjiverde cuenta con el quinto límite salarial más bajo de la categoría y solo los cuatro equipos que vienen de Segunda B han tenido menos dinero para confeccionar sus plantillas.
Pacheta y la comisión deportiva tienen que resetear y ser un martillo pilón con sus futbolistas y el entorno para ofrecer un mensaje claro y contundente sobre que el único objetivo es la salvación. Mirar la parte baja de la tabla, como ocurrió la temporada pasada y centrarse en corregir los errores de los últimos partidos porque ahora vienen por delante dos encuentros claves.
Mala racha
Dos derrotas consecutivas con una pobre imagen
El Elche sabía que iba a tener un mes de octubre complicado con tres rivales que la temporada pasada estaban en Primera División y que parten como claros favoritos a luchar por el ascenso como son Girona, Rayo y Huesca. La victoria en el feudo de los catalanes y el empate, acompañado de una buena imagen, frente al Rayo permitió sumar cuatro puntos y parecía que todo iba a ser de color de rosa. Pero los encuentros contra el Sporting y el Huesca han devuelto al equipo franjiverde a la cruda realidad y ahora llegan los partidos frente al Mirandés y el Deportivo de La Coruña con poco margen de error porque, en caso de tropiezo, la zona peligrosa de la clasificación podría absorberlo y entonces sí que empezaría la primera crisis de la temporada, con lo que ello conllevaría.
Capacidad ofensiva
Muy pocas ocasiones de gol en los últimos encuentros
El equipo de Pacheta ha empatado encuentros frente al Lugo o ante el Tenerife en los que por juego y, sobre todo, por ocasiones ha merecido la victoria. Sin embargo, en los últimos envites ante Sporting y Huesca apenas ha generado oportunidades. Frente a los asturianos Mariño no se llevó ningún sobresalto, salvo en alguna jugada a balón parado, y el pasado domingo en Huesca Álvaro Fernández solo tuvo que intervenir en un centro-chut de Andoni, que se envenenó más por fortuna que por otra cosa, y en el remate de Manuel Sánchez en los últimos minutos con el choque ya sentenciado. Sin gol no hay paraíso y el cuadro ilicitano se ha quedado con once dianas en 13 partidos como el segundo menos realizador, solo superado por el Albacete, que lleva diez.
Mejorar el nivel
Falta liderazgo y los jugadores clave no tienen continuidad
En un equipo tan limitado en ataque con Yacine Qasmi como único delantero referencia, ya que Claudio Medina apenas cuenta, los mediapuntas tienen que ser fundamentales. El franco-marroquí está cumpliendo y lleva cuatro tantos, aparte de mucho de trabajo. Y a Nino, con 39 años, no se le puede exigir mucho más porque siempre que juega aporta cosas y deja detalles de calidad. Los que sí que tienen que subir un peldaño son Iván Sánchez, Fidel Chaves, Gonzalo Villar y Pere Milla, llamados a marcar diferencias. El jienense parecía que se había entonado en las últimas jornadas, pero no termina de dar ese salto que por cualidades tiene. El onubense se está mostrando muy irregular, a pesar de ser un futbolista valioso en la ejecución de las jugadas a balón parado, y tiene que dar mucho más. Y el catalán no está cumpliendo con las expectativas que generó su fichaje, a pesar de que Pacheta se empeña en ponerlo en el once inicial un día sí y otro también.
Defensa
La vuelta de Gonzalo Verdú resulta necesaria
A pesar del buen nivel mostrado en Girona, la continuidad es otra cosa y en los últimos partidos la defensa ha dejado que desear y ha cometido errores infantiles. Danilo Ortiz, que en Extremadura y Montilivi cuajó buenos encuentros, en los dos últimos ha quedado retratado en los goles del Sporting y del Huesca, en los que cometió fallos impropios de la categoría. Las lesiones de Gonzalo Verdú y de Juan Cruz se han notado. El canterano Óscar Gil está cumpliendo con creces y Andoni no tiene la veteranía de Cruz. Dani Calvo ha ido recuperando su nivel, pero la vuelta de Gonzalo Verdú se antoja necesaria por experiencia y jerarquía. El central cartagenero ya jugó unos minutos en El Alcoraz, de centrocampista, y, salvo sorpresa, frente al Mirandés recuperará su sitio en el eje de la zaga.
Martínez Valero
El césped ya no vale de excusa
El principal problema del Elche son los partidos como local. Tropiezos como los de Huesca se pueden comprender, pero ganar un partido de seis en casa es un recorrido que te lleva a la parte baja de la tabla. Por eso, en el encuentro contra los de Miranda de Ebro ya no valen las excusas del mal estado del césped ni nada parecido porque llega la primera obligación de ganar de la presente temporada.
