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Mucho Huesca para poco Elche

Los oscenses pasan por encima de los ilicitanos, que pudieron salir goleados. Los postes y el larguero evitan un daño mayor a un conjunto franjiverde impotente, que no encontró nunca su identidad frente a un rival que demostró que es favorito al ascenso

Mucho Huesca para poco Elche

La diferencia de presupuestos no siempre cumplen la lógica en el mundo del fútbol. El mejor ejemplo es el partido que disputó el Elche hace 15 días en Girona. Pero en la mayoría de ocasiones sí que son determinantes. Si a eso le unimos que un equipo ofreció su mejor versión y otro la peor, queda la explicación clara de lo que ocurrió ayer en el estadio de El Alcoraz en el que el Huesca demostró que tiene mucha más calidad y más profundidad de plantilla.

Los oscenses pasaron por encima de los ilicitanos desde el primer minuto hasta el último. La velocidad en la circulación de balón, los desdoblamientos por las bandas, la búsqueda de las espaldas del contrario. En todos los registros el conjunto de Míchel fue superior al de Pacheta, que no encontró nunca su identidad de juego y fue un juguete en manos del cuadro del Alto Aragón.

El resultado final fue 2-0, pero la goleada pudo ser mucho mayor. Las paradas de Edgar Badia, dos balones al travesaño y uno al poste evitaron un mal mayor para el Elche, que no fue ni la sombra del equipo que jugó hace 15 días en Girona. En esta ocasión, el Huesca sí que demostró que cuenta con tres veces más de límite salarial que el conjunto ilicitano, que tiene jugadores de Primera División que marcan las diferencias y que es un claro favorito para el retorno a la Liga de las Estrellas, tras su fugaz paso en su debut de la pasada temporada.

Los franjiverdes fueron equipo totalmente impotente ante la superioridad de su rival. Desde el pitio inicial se barruntaba lo que iba ocurrir. En los primeros once minutos, el Huesca ya dispuso de hasta tres ocasiones claras de gol. En el primer minuto de juego, Edgar Badia realizó una gran parada tras un remate de Okazaki. En el 7, Cristo González, en buena posición, disparo alto: y en el 11, Raba estrelló el balón en el larguero.

Vendaval local

El vendaval local no dejaba salir al Elche de su campo. Tan solo un centro-chut de Andoni que se envenenó y Álvaro Fernández tuvo que enviar a saque de esquina fue la aparición ofensiva de los ilicitanos durante el primer periodo.

Sin embargo, después del fulgurante comienzo oscense, el partido se fue tranquilizando. El control siguió siendo local, pero sin tanto asedio. Así fueron pasando los minutos y parecía que, de forma milagrosa, el marcador al descanso iban a registrar un empate a cero. Pero no. En el minuto 44, Juan Carlos metió un gran balón desde la frontal del área a la espalda de la defensa del Elche. Okazaki le ganó la posición a Danilo y se encontró con la perfecta asistencia para de tiro raso batir a Edgar Badia. Gol psicológico. Fue una pena, pero hacía una justicia mínima a lo que se había visto durante el primer tiempo.

En el arranque de la segunda parte, de nuevo el travesaño salvó al equipo de Pacheta en un disparo de Cristo González.

Parecía que la suerte se aliaba de nuevo con los franjiverdes. Pero más que suerte era un milagro que el marcador siguiera 1-0. Y en el minuto 59 llegó la sentencia. Un pase del lateral izquierdo Javi Galán, que ayer fue un extremo más, al igual que Miguelón por la derecha, lo recibió Juan Carlos Real y de tiro cruzado subió el segundo al marcador.

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Doble cambio

Pacheta intentó cambiar la dinámica del encuentro y dio entrada a Nino por Pere Milla y a Josan por Fidel. Ni el catalán, ni el onubense aparecieron en todo el encuentro a pesar de su voluntariedad y confirmaron que no están en un buen momento de forma y que lo más conveniente es que pasen un tiempo por el banquillo. Y no porque ambos no destacaran ayer en el mal nivel del todo el equipo, es porque ya llevan varios envites a un nivel muy bajo.

Nino se antoja imprescindible en estos momentos para el Elche mientras esté sano y si está en condiciones debe jugar. Y Josan merece tener una oportunidad para ver si demuestra el futbolista que terminó de forma brillante la pasada temporada.

Los cambios tampoco aportaron nada salvo algún atisbo de voluntariedad. El Huesca siguió a lo suyo y con el 2-0 bajó una marcha. Ya no iba en quinta, pero sí en cuarta y era suficiente para continuar campando a sus anchas y para jugar a lo que quería. Michel refrescó su equipo con Sergio Gómez y David Ferreiro, que sustituyeron a Raba y a Cristo González, quienes no pararon de correr y crear peligro durante el tiempo que estuvieron en el terreno de juego.

Okazaki pudo marcar de nuevo en una contra, fue generoso y dio el pase a Raba quien, a su vez, cedió la pelota para que Juan Carlos Real en una demostración que los oscenses estaban jugando con un juguete roto como era el Elche. Menos mal que Dani Calvo evitó un nuevo gol. Y poco después, de nuevo el japonés fue protagonista en un balón que se estrelló en el poste. Las ocasiones para aumentar el marcador y avasallar a los franjiverdes fueron múltiples.

En la recta final de choque, Pacheta, viendo que no había nada que hacer comenzó a pensar ya en el próximo partido frente al Mirandés. Decidió quitar a Gonzalo Villar, que llevaba tarjeta, para que no lo expulsasen, lo que le hubiera dejado con Manuel Sánchez como único mediocentro disponible porque Ramón Folch y Nuke Mfulu están lesionado. El técnico burgalés puso a Gonzalo Verdú en el centro del campo para que fuese recuperando sensaciones después de más de dos semanas lesionado y el cartagenero hizo lo que pudo en la zona ancha.

El único bagaje ofensivo de los ilicitanos llegó en el minuto 80 tras una dejada hacia atrás de Yacine sobre Manuel Sánchez, quien disparo con su pierna derecha, la «mala» y se encontró con una gran parada de Álvaro Fernández.

Al final se puede decir que lo mejor fue el resultado. Un 2-0 se puede entender hasta lógico viendo la diferencia de presupuesto y de plantilla de los dos equipos. Pero si nos centramos en lo que se vio en el terreno de juego, es más preocupante porque los normal es que el Elche hubiera perdido por cuatro o por cinco goles.

El «Tourmalet» del mes de octubre ha terminado. Menos mal que en Girona hubo sorpresa y han sido cuatro puntos de 12 posibles. A partir de ahora ya no hay excusas. El próximo domingo llega el Mirandés al Martínez Valero y hay que ganar sí o sí. Porque de los contrario el Elche entraría en la primera crisis de la temporada.

Gonzalo Verdú reapareció después de perderse los dos anteriores encuentros frente al Girona y al Sporting de Gijón por lesión. Curiosamente, el defensa cartagenero salió en el minuto 77 por Gonzalo Villar y jugó en el centro del campo. A lo largo de su carrera ha jugado de pivote defensivo en más de una vez, pero en el Elche siempre lo ha hecho de central. La suplencia de Gonzalo Verdú y de Nino, unido a que Juan Cruz está lesionado permitió a Manuel Sánchez lucir el brazalete de capitán, que había llevado en los últimos instantes del algún partido, pero nunca de inicio.

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