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Temporadas 2016-2017

El Elche aprende a ganar sin brillantez

Los franjiverdes se están mostrando más pragmáticos en el inicio de la Liga, algo fundamental en una categoría tan igualada

Pacheta, con el pulgar hacia arriba, durante el partido frente a la Ponferradina del sábado. Matías Segarra

El juego bonito no es sinónimo de victoria. Aunque jugando bien siempre se está más cerca de ganar en el mundo del fútbol, se ha comprobado en muchísimas ocasiones que la efectividad de cara a portería contraria y una buena defensa suelen dar más puntos que un juego brillante. En una categoría tan igualada como la Segunda División, en la que no hay equipos que se pasen por encima de los rivales, el pragmatismo es una virtud esencial a la hora de sacar los partidos adelante y fundamental para conseguir los éxitos.

El Elche confirmó esta teoría el pasado el pasado sábado frente a la Ponferradina. El conjunto de Pacheta, a excepción de los primeros 20 minutos, no hizo un gran juego. Frente al Lugo y contra el Tenerife tuvo más tiempo de brillantez y, sin embargo, terminó empatando. Contra los bercianos fue suficiente con un gol de Yacine Qasmi, una defensa decente y un par de paradas de Edgar Badia para sumar la primera victoria de la temporada en casa y para conseguir tres puntos que han situado a los franjiverdes en puestos de promoción de ascenso, algo de lo que no disfrutaba desde hacía más de tres años.

A pesar de la enorme alegría, la cautela debe ser la nota predominante, porque la última vez que el conjunto ilicitano estuvo entre los seis primeros clasificados fue en la temporada 2016-2017, con Alberto Toril en el banquillo y los franjiverdes terminaron descendiendo a Segunda B.

En aquella ocasión, el Elche fue de más a menos y en la actual campaña se está viendo un conjunto que va creciendo y que, sin hacer un juego tan brillante como el que mostró al final de la temporada pasada, ha aprendido a ganar sin brillantez a base de características claves en Segunda.

Goles en contra

Segundo partido y primero en casa con la portería a cero

El Elche de los récords que consiguió el último ascenso se caracterizó principalmente por ser un equipo que apenas encajaba goles. Manu Herrera fue aquella campaña el «Zamora» de la categoría de plata. Edgar Badia ha encajado siete tantos en ocho jornadas, lo que significa una media bastante decente. El portero catalán ha mantenido a cero su portería en dos ocasiones, frente al Oviedo en el Carlos Tartiere (0-2) y frente a la Ponferradina (1-0) lo hizo por primera vez en la presente temporada en el estadio Martínez Valero.

Pacheta ha encontrado su defensa tipo con Óscar Gil, Gonzalo Verdú, Dani Calvo y Juan Cruz. El canterano está creciendo cada partido. El cartagenero está a un nivel espectacular y es el auténtico «capo» de la zaga, mientras que el oscense y, en especial, el madrileño, están subiendo su rendimiento en cada partido.

Eficacia

Más acierto con menos ocasiones

El Elche de la temporada tuvo en la falta de acierto uno de los principales déficit, sobre todo en la primera parte de la Liga en la que solo Sory Kaba destacó en la faceta goleadora. El conjunto de Pacheta necesitaba multitud de ocasiones para marcar. Este año, a excepción del partido inaugural frente al Fuenlabrada y en La Romareda contra el Zaragoza, los franjiverdes han marcado en todos los partidos. Incluso, en los últimos envites, ante Lugo, Oviedo, Tenerife, y el pasado sábado frente a la Ponferradina, prácticamente en la primera oportunidad el balón ha ido al fondo de la portería. Además, Yacine, que la campaña anterior destacó más por su trabajo que por su goles, está viendo puerta con facilidad y ha marcado cuatro dianas en los cuatro últimos encuentros. Si a eso se une una buena defensa, las victorias estarán mucho más cerca.

Asignatura aprobada

Primera victoria como local y adiós al mal fario

Otra de las noticias destacadas de la victoria contra la Ponferradina fue la rotura del maleficio que le perseguía a los ilicitanos en el estadio Martínez Valero. Por fin llegó la primera victoria como local, que se había resistido en los tres primeros encuentros. Esa losa, que se notó en los últimos minutos del choque contra los bercianos, ya se ha levando y debe servir para liberar a los futbolistas y soltar los nervios que lo atenazaban para atreverse a ir con más soltura por el segundo gol después de inaugurar el marcador.

El Elche camina por la senda adecuada. El equipo trasmite cada vez mejores sensaciones, sobre todo de cómo se debe competir en Segunda División. Mañana toca otro partido en Extremadura y luego llega un calendario frente a rivales que llevan la etiqueta de favoritos a luchar por el ascenso. La Liga es un maratón de 42 partidos, quedan 34, pero el camino se hace andando y este conjunto está empezando a ilusionar.

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