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El Elche encuentra el camino

Un solitario gol de Yacine a los tres minutos permite a los franjiverdes vencer a la Ponferradina, sumar la primera victoria en casa y situarse en puestos de «play-off» de ascenso

Los jugadores del Elche celebran haciendo una piña el gol de la victoria contra la Ponferradina. Matías Segarra

Después de los primeros ocho partido de Liga el Elche se ha situado en puestos de promoción de ascenso. Algo inimaginable tras el batacazo en el primer encuentro de la temporada contra el Fuenlabrada (0-2). Pero el conjunto de Pacheta está creciendo al mismo tiempo que avanza la competición y acumula cinco partidos sin conocer la derrota.

A los ilicitanos les faltaba aprobar una asignatura pendiente como era ganar en el estadio Martínez Valero. En los tres anteriores encuentros solo pudieron empatar dos y a la cuarta fue la vencida. Ayer, los franjiverdes dieron un paso importante con su triunfo por la mínima contra la Ponferradina porque, además de los tres puntos son balsámicos y la victoria significa una liberación para los futbolistas que estaban atenazados por no poderle ofrecerle una alegría a su afición.

Un solitario gol de Yacine Qasmi -que ya suma cuatro y se está destapando como gran artillero- cuando apenas se habían superado los tres minutos de juego fue suficiente para estrenar el casillero como local.

Pacheta sorprendió con el once inicial. Dejó en el banquillo a los dos extremos teóricamente titulares: Iván Sánchez y Fidel Chaves. Apostó por la velocidad de Josan Ferrández y por la calidad y desborde de Pere Milla. El crevillentino le dio rápidamente la razón al técnico del Elche. Fue el estilete en los primeros 20 minutos, que fueron de los más brillantes de lo que se lleva de la temporada.

Primero con un centro medido en el que Yacine solo tuvo que poner la cabeza para marcar porque el balón llevaba la altura y la velocidad correcta. A renglón seguido se sacó un zapatazo desde la frontal en el que la pelota se estrelló en el larguero.

Pere Milla no quiso quedarse atrás y también enganchó dos remates que a punto estuvieron de ir a la jaula.

Fue un comienzo de partido fulgurante en el que los franjiverdes ahogaron a los bercianos con un juego con presión alta, velocidad de balón y desborde por bandas.

A partir de esos instantes, el encuentro se volvió más especulativo. Los ilicitanos optaron por controlar más el esférico y ahí entraron más en acción Ramón Folch.

Los visitantes estiran líneas

Con el marcador adverso, la Ponferradina no tenía más remedio que estirar líneas en busca del empate. Los visitantes, sobre todo por mediación de Isi -el verdugo del Hércules en la promoción de ascenso de la temporada pasada- entraron más en juego, pero sin llegar a inquietar la portería de Edgar Badia, quien durante el primer tiempo fue un mero espectador porque sus compañeros se mostraron muy concentrados y atentos en la faceta defensiva.

Al descanso, el Elche llegó un poco justo, pero con ventaja en el marcador que era lo importante.

Nada más comenzar la segunda parte, llegó el primer susto de los dos que dieron los bercianos. Un centro de Pablo Valcarce desde la línea de fondo no lo atajó bien el guardameta franjiverde y Dani Calvo despejó con apuros ante la presencia de Asier Benito, que estaba preparado para introducir el balón en la portería.

Esa jugada hizo activar las alarmas en los hombres de Pacheta, que no querían que se repitiese la mala experiencia de los encuentros frente al Lugo y contra el Tenerife, que acabaron con empate.

El Elche jugó con miedo y más preocupado de mantener el resultado que de buscar el segundo gol, aunque hubo una fase en la que los ilicitanos parecieron encontrar de nuevo el control.

La Ponferradina se adueñó del balón y empezó a jugar en el campo del Elche.

Cambios para dar oxígeno

Pacheta detectó rápido el diagnóstico de que lo que estaba ocurriendo. Gonzalo Villar había visto la tarjeta amarilla, que era la quinta y acarrea suspensión, y el técnico decidió dotar de más músculo en el centro del campo dando entrada a Manuel Sánchez.

El cordobés ofreció un poco más de equilibrio, pero los jugadores franjiverdes iban más tiempo corriendo detrás del balón que dominándolo. Y eso siempre provoca mucho más esfuerzo.

Los futbolistas del conjunto ilicitano comenzaron a notar el cansancio y la acumulación de un duro calendario en los últimos 15 días. Fidel sustituyó a Nino y Pere Milla pasó a jugar en la mediapunta. El onubense le dio un poco más de presencia al juego, aunque más por ímpetu que por brillantez.

Conforme se fue acercando el final del encuentro, al cansancio se unieron los nervios, porque de ninguna de las maneras el Elche quería que se le escapase de nuevo una victoria.

El entrenador de la Ponferradina decidió jugarse su última baza y dio entrada al veterano Yuri, que es su máximo goleador. Y a punto estuvo de amargar la noche porque, después de un mal despeje del canterano Óscar Gil, enganchó un disparo al que respondió Edgar Badia con una gran intervención.

Yacine pidió el cambio porque ya no podía más y Claudio Medina salió de refresco. Los franjiverdes miraban más el reloj que la pelota y cuando Vicandi Garrido determinó que el partido tenía que llegar a su fin el Martínez Valero fue una explosión de alegría. ¡Por fin, la primera victoria de la temporada como local!

A ello hay que unir, cinco encuentros sin perder, dejar la portería a cero y que Yacine está en racha y ya suma cuatro goles, uno cada dos partidos.

No fue un partido tan brillante por momentos como en algunas fases de el del Lugo o el del Tenerife. Pero lo que importaba era ganar y se consiguió. El Elche está sexto en la tabla, pero ahora toca recuperar pronto porque el martes hay que jugar en Extremadura.

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