El Elche ha comenzado a dar pasos hacia adelante y después del primer mes de competición los ilicitanos van de menos a más. Tras el desastroso estreno liguero en casa frente al Fuenlabrada (0-2), los franjiverdes maquillaron sus vergüenzas con el triunfo en Alcorcón (1-2) en un partido discreto en el que solo dos acciones puntuales de Gonzalo Verdú y un decente final de partido a nivel defensivo le sirvieron para remontar y logra el primer triunfo de la temporada.
En Zaragoza (1-0), el equipo de Pacheta ya empezó a mostrar mejoría y sensaciones, sobre todo en intensidad, concentración y defensa, aunque se vieron penalizado por el gol encajado de penalti, señalizado por el VAR, en los últimos minutos
El pasado domingo contra el Lugo se vio otra cosa a pesar del empate. El Elche comenzó a recordar por momentos al equipo de la pasada temporada. Dominó el encuentro, llegó a la portería contraria -disparó 13 veces cuando en los tres primeros partidos solo lo había hecho en cinco- y dispuso de ocasiones de gol, haciendo protagonista al guardameta visitante Varo y hasta falló un penalti. Fueron unas pinceladas de esperanza motivadas principalmente por:
Control del juego
Los centrocampistas comienzan a dominar el balón
Los centrocampistas Gonzalo Villar y Ramón Folch, que son los encargados de llevar el peso del juego comenzaron a aparecer. Sin hacer un partido espectacular, el joven jugador murciano demostró que quiere dar un paso adelante, Estuvo más participativo, quiso siempre en balón, dejó algunos destellos de su calidad, incluso llegó al área contraria desde segunda línea, gozando de dos buenas ocasiones de gol que no aprovechó, una por un mal control cuando se quedaba solo y en la otra disparó alto. El canterano parece que progresa adecuadamente, pero todavía le falta para ser ese líder del equipo que dijo la semana pasada que está preparado para serlo.
Por parte, el catalán había sido una de las decepciones en los tres primeros partidos. Llegó del Oviedo como uno de los fichajes importantes, pero en los tres primeros partidos no apareció y defraudó. Frente a los gallegos estuvo acertado en el pase, intentó jugar el primer toque desde la zona del mediocentro y apretó bien en la presión alta. Todavía le falta mucho para justificar su llegada, pero, por lo menos ya se le ven algunos brotes verdes.
Junto a Folch y Villar, completan el centro del campo los dos lesionados: Nuke Mfulu y Manuel Sánchez. El franco-congoleño mostró algunos detalles en Zaragoza de ser un futbolista que puede aportar cosas, sobre todo a nivel defensivo en la medular y a la ahora de ahogar a los rivales en la creación del juego. Mientras que el cordobés es un seguro de intensidad, trabajo y profesionalidad. La plantilla puede estar huérfana de un jugador que realice la función que hacía Javi Flores, pero si Ramón Folch y Gonzalo Villar siguen progresando, pueden cumplir ese papel creativa.
Seguridad defensiva
Más intensidad y mejor colocación de los zagueros
Otro de los aspectos que ha mejorado sensiblemente es la defensa. Gonzalo Verdú ha comenzado muy bien la temporada y mantiene la buena línea de sus dos campañas anteriores. Dani Calvo, quien inició la Liga de forma discreta cometiendo un penalti frente al Fuenlabrada y estando en muchas ocasiones fuera de sitio, está muy más centrado y contundente y empieza a asemejarse al del año pasado. Juan Cruz también ha crecido con el paso de los partidos y frente al Lugo ya se vio al jugador valiente y al portento físico de la temporada anterior. Además, el canterano Óscar Gil, quien le ha quitado el puesto a Tekio, va sumando experiencia en cada encuentro y cumpliendo como un profesional más. Esta mejoría defensiva provocó que el Lugo apenas crease ocasiones ante la portería de Edgar Badia.
Profundidad
Los extremos deben ser los que marquen las diferencias
En una plantilla tan corta y con tan poco presupuesto como la que tiene el conjunto ilicitano, una de las mayores virtudes está en el juego por las bandas. Pacheta tiene a su disposición a dos de los mejores extremos de la categoría, como son Iván Sánchez y Fidel Chaves, además de un recambio como Josan Ferrández, quien la campaña anterior realizó una segunda parte de la Liga espectacular. El técnico franjiverde debe aprovechar sus virtudes porque son futbolistas llamados a marcar diferencias. El jienense aún no está en estado de gracia, pero cada vez que toca el balón da la sensación de peligro y que puede pasar algo. En el choque contra los lucenses provocó el penalti, aunque luego lo falló y le afectó anímicamente. Iván Sánchez fue uno de los jugadores más destacados de la temporada pasada y eso ha provocado que los rivales también los conozcan y que cada vez que entra en contacto con el balón tenga a dos o tres rivales encimándole.
Ataque
Muchas más llegadas, pero falta de puntería
Frente al Lugo, los ilicitanos también crecieron a nivel ofensivo y tuvieron mucha más llegada al área contraria. Nino se estrenó como goleador y se convierte en el primer delantero que marca en la presente Liga porque los dos anteriores goles los había anotado Gonzalo Verdú. Yacine Qasmi ya no fue un islote aislado como en partidos anteriores y aportó cosas a nivel ofensivo, sobre todo intimidación a las defensas rivales y demarques. Tuvo un par de disparos a puerta en los que no tuvo la puntería afinada y un remate de cabeza que rechazó el portero en una gran intervención. Claudio Medina debutó en los últimos minutos, mientras que Pere Milla tiene que aportar mucho más y justificar la importancia de su fichaje. Eso, unido a tener más acierto, seguro que los goles llegarán más pronto que tarde.
Calendario apretado
Oviedo, Tenerife y Numancia, en el horizonte
Todos los avances que mostró el Elche el pasado domingo tiene que ratificarlos en los próximos partidos. Los franjiverdes tienen un calendario apretado con tres encuentros en apenas siete días. El domingo (16 horas) visitará al Oviedo, el jueves 19 de septiembre (19 horas) recibirá al Tenerife, mientras que el domingo 25 (18 horas) toca visitar al Numancia. Tres compromisos después de los cuales ya se podrán volver a sacar conclusiones y examinar si la mejoría que vio en el último envite es una realidad o, simplemente, un espejismo.