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Solo el VAR puede con el Elche

Un penalti en el minuto 84 tras consultar el árbitro la televisión tumba a los franjiverdes en Zaragoza - El planteamiento de Pacheta con tres centrales y dos carrileros sorprende a los maños - Los ilicitanos fueron un equipo ordenado y cuando acariciaban el empate llegó el mazazo

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Real Zaragoza - Elche

Aunque duela, las normas están para cumplirlas. El VAR, implantado esta temporada en Segunda División, fue ayer el verdugo del Elche en Zaragoza, y lo fue de manera justa porque las imágenes de televisión dejan bien a las claras que Andoni López le dio una patada a Luis Suárez dentro del área.

La rabia y la pena fue que la jugada se produjo en el minuto 84 cuando los ilicitanos ya acariciaban un trabajado empate, que el árbitro no señaló nada en un primer momento y que se produjo tras llegar el jugador vasco tarde a una jugada sin aparente peligro.

Es cierto que el conjunto de Pacheta apenas apareció en ataque, pero no sería justo no destacar el buen trabajo defensivo, la concentración, la intensidad y la solidaridad con la que jugó ayer el Elche en un gran estadio como La Romareda y ante un rival llamado a luchar por el ascenso que tuvo el dominio, pero que solo sometió a los ilicitanos en los primeros 15 minutos. En el resto del partido, los maños dominaron, pero tampoco asediaron la meta de Edgar Badia. Prueba de ello es que las dos mejores ocasiones locales llegaron en los dos primeros dos minutos.

Los franjiverdes fueron un equipo distinto al que se vio frente al Fuenlabrada y el Alcorcón. Mejoraron sus prestaciones defensivas, su puesta en escena y su posicionamiento en el campo.

Falta todavía mejorar el juego, pero el encuentro en la capital aragonesa no era para salir a cara descubierta. Pacheta sorprendió con un once inicial con tres centrales (Gonzalo Verdú, Dani Calvo y Juan Cruz) y dos carrileros profundos (Óscar Gil y Andoni López) que presionaron las subidas de los laterales zaragocistas. El eje de la zaga se encargaba de frenar a Luis Suárez y a Dwamena y en las bandas ponían el stop a Carlos Vigaray y Carlos Nieto, que son dos jugadores de mucha verticalidad.

El técnico franjiverde decidió dejar en el banquillo a Ramón Folch, inoperante en los dos primeros partidos, y le dio la titularidad a Nuke Mfulu, que jugó por delante de la línea de tres zagueros. El franco-congoleño sin grandes alardes, se posicionó muy bien, tapó al japonés Kawaga y entregó el balón al primer toque.

Gonzalo Villar mostró un atisbo de mejoría y se atrevió algo más con el balón, aunque aún le queda mucho; mientras que Nino e Iván Sánchez jugaron más por dentro. El ensayo de la semana no quedó en saco roto a pesar de la ausencia por paperas de Fidel. Yacine Qasmi se peleó con el mundo, trabajó y se desfondó, pero apenas le llegaron balones en condiciones para crear peligro.

Comienzo con dudas

El Elche empezó con dudas en los primeros minutos y le costó adecuarse al nuevo sistema. Nada más comenzar el encuentro Luis Suárez primero remató alto y luego se encontró con un inspirado Edgar Badia. Parecía que se iba a repetir el guión de Alcorcón y que el portero catalán iba a volver a ser protagonista y héroe.

Pero con el discurrir del partido, los ilicitanos mejoraron y se fueron encontrando cada vez más a gusto y mejor en el campo. El Zaragoza se fue diluyendo. Incluso, en los últimos del primer periodo el equipo de Pacheta le quitó en algunos momentos la pelota a los aragoneses. Iván Sánchez, Nino y Gonzalo Villar comenzaron a asociarse, aunque sin llegar nunca a sobresaltar la meta de Cristian Álvarez.

Al descanso se llegó con empate a cero, con un cuadro local que había dominado, pero que no había avasallado y con un Elche que había ido de menos a más en los primeros 45 minutos.

En el comienzo del segundo tiempo apenas ocurrió nada. El Zaragoza lo intentaba, pero con más ímpetu que acierto y los ilicitanos se sentían hasta cómodos en el campo. Prueba de ello es que hasta el minuto 63 los aragoneses no crearon peligro y fue un remate del omnipresente Luis Suárez desde el suelo que se fue alto.

Camino del 0-0

El partido discurría camino del empate a cero. Incluso en las gradas de La Romareda, a pesar de que apretaban, vislumbraban que el choque podía terminar en tablas, aunque su equipo, a los puntos, merecía algo más. La resignación estaba a punto de llegar.

Y en ese preciso momento, en el minuto 84, Luis Suárez intentó desbordar en el área, Andoni López llegó tarde a la jugada, sacó la pierna a pasear y golpeó la espinilla del delantero colombiano que cayó al suelo, pero sin aparente desesperación. El balón se perdió por línea de fondo y el árbitro decretó saque de esquina.

Parecía que el juego iba a continuar porque no hubo excesivas protestas en el terreno de juego. Pero desde la banda y, especialmente, desde la grada sí que hubo presión. Eso llevó al asturiano Areces Franco a consultar con el VAR. Tras ver la jugada en la televisión comprobó que era un penalti tan claro como insulso y decretó el punto fatídico ante la algarabía de la afición local.

Luis Suárez no desaprovechó la ocasión y su disparo engañó a Edgar Badia e hizo subir el 1-0 al marcador cuando el reloj marcaba el minuto 87. A pesar de que el colegiado dio cinco de prolongación apenas quedaba tiempo. Pere Milla entró por un desfondado Nino y Gonzalo Verdú se situó como delantero centro, a lo Alexanco, a la espera de un milagro.

Pero la Pilarica no estaba para sobresaltos y protegió con el manto a los suyos. Al final, los tres puntos se quedaron en Zaragoza. Si hablamos de justicia, el Zaragoza los mereció por insistencia. Pero un empate tampoco habría sido injusto para un Elche que trabajó mucho y bien.

Fue una derrota diferente a la del Fuenlabrada y la imagen del equipo ilicitano mejoró, incluso comparándola con el encuentro en Alcorcón en el que consiguió la victoria.

El déficit sigue siendo el juego ofensivo. Los franjiverdes apenas llegaron a la portería contraria, todavía les falta crear mucho más futbol, pero su intensidad, compromiso, solidaridad, ubicación en el campo y motivación fue distinta a la de los dos primeros de Liga. Además, frente a un rival de mucho más enjundia.

Fue una pena que todo el esfuerzo acabara muriendo en la orilla. Ahora viene una reválida el próximo domingo frente al Lugo que sí será un examen ya serio.

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