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Fin a una etapa de 1.212 días

Hoy acaba la era de Diego García como presidente del Elche, marcada por la guerra con el IVF y el concurso de acreedores

Diego García, con José Sepulcre al fondo, durante la última Junta de Accionistas del Elche. antonio amorós

El 18 de abril de 2016 por la tarde-noche, Diego García Juan entraba en las oficinas del Martínez Valero con una mochila al hombro y solicitando subir a la planta noble, donde en una reunión del Consejo de Administración se estaba preparando el cambio que conllevaría la salida del mismo de Juan Serrano y José Alberola, presidente y vicepresidente.

Era el movimiento definitivo tras la época convulsa del descenso administrativo, en la que Serrano y Alberola habían mostrado sus discrepancias con el resto de consejeros. García se incorporaba al mismo por la puerta grande, como presidente en representanción de Helike Management. Le avalaba su etapa en el Cádiz para lo que se avecinaba, una etapa que institucionalmente iba a ser una guerra continua de desgastes, con Ayuntamiento, Instituto Valenciano de Finanzas, acreedores, Skyline International o José Miguel Garrido, entre otros.

Lo que García no podía saber es que su primer año en la presidencia del club iba a ser una ruina en el apartado deportivo. Desde su llegada, el equipo entonces dirigido por Rubén Baraja no ganó ningún partido. Tuvo que esperar a la primera jornada de la temporada siguiente para festejar su primera victoria en el palco y quitarse la fama de gafe. Sin embargo, ese curso terminó con el descenso a Segunda B, en un final de campaña calamitoso en el que los franjiverdes fueron incapaces de ser competitivos.

Mientras el equipo perdía aire en la competición, García y el resto del Consejo de Administración, del que con la salida de Ramón Segarra ya no queda nadie, libraban sus propias batallas contra Manuel Illueca y el IVF. Defendieron a capa y espada los intereses de José Sepulcre y el resultado final es el hoy conocido. Entre las aportaciones dinerarias y la conversión de deuda en acciones, el expresidente del Elche es el máximo accionista del club. En el campo de guerra quedaron los intereses de Skyline y Garrido por adquirir la entidad ilicitana.

Todo ello, unido al retorno al fútbol profesional, a la mejora de relaciones con LaLiga y RFEF, y la posterior permanencia, podía invitar a pensar en que Diego García, que siempre ha mostrado orgullo por la mejora económica de la entidad durante su gestión, podía ser el hombre clave de Sepulcre en el proyecto diseñado para devolver al Elche a Primera División. Sin embargo, los planes eran bien diferentes.

El fuerte vínculo de García con Jorge Cordero, con quien el máximo accionista tuvo fuertes roces la temporada pasada, y la acaparación de poder en las principales áreas no convencían a Sepulcre. Una vez asegurada, no matemáticamente pero sí de manera virtual, la permanencia, empezaron los cambios. Cordero fue el primero en caer. Luego llegaría el turno de José Luis Maruenda, tras la llegada de Patricia Rodríguez para dirigir la parcela económica. Ahora salen García y Segarra, que esta misma mañana darán una rueda de prensa de despedida, aunque el segundo no se descarta que continúe como secretario no consejero.

Junta y nuevo Consejo

El desgaste de la relación entre García y Sepulcre se ha ido evidenciando en los últimos tiempos por las diferencias de criterio existentes en la gestión económica bajo la batuta de la nueva directora general y la falta de sintonía con Nico Rodríguez, que tiene hilo directo con el máximo accionista sin pasar por el presidente.

Todos los cambios de los últimos meses se verán reflejados en la Junta Extraordinaria de Accionistas de esta tarde, en la que Joaquín Buitrago, abogado de confianza de Sepulcre, será nombrado nuevo presidente. Allí también se aprobarán las últimas ampliaciones de capital por valor de casi 6 millones de euros y la compensación de créditos del concurso de 15,7 millones.

Por último, se modificarán los estatutos para pasar de cuatro a tres, como marca la ley, el mínimo de consejeros exigible. Buitrago y Pascual Moxica siguen. Para el tercer asiento se barajan las opciones de Antonio Antón y Vicente Abadía. Sea como fuere, el Elche cambia de presidente (no de dueño) y pone fin a una etapa de 1.212 días. García ganó varias batallas para Sepulcre, pero al final perdió la guerra.

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