Hay entrenadores que prefieren perder partidos en pretemporada para no empezar la Liga demasiado cargados de resultados positivos que, en realidad, no sirven para nada. En el mes de agosto no se ganan puntos, pero el trabajo durante la fase de preparación sí es fundamental a la hora de cumplir los futuros objetivos, sean títulos en los casos de clubes de mayor potencial o permanencias y ascensos en los más modestos.

Habrá quien ponga el grito en el cielo ante el tropiezo del Elche frente al Albacete, tras cinco victorias con solvencia ante oponentes anteriores. «Eran de Segunda B y Preferente» es la fase repetida entre quienes tienen como deporte preferido esperar a que alguien caiga para darle con un palo. Sólo el tiempo les dará o les quitará la razón, pero lo que es cierto es que, al igual que un ramillete de triunfos estivales no puede servir para colgarle el cartel de favorito a ningún equipo en ninguna competición, un tropiezo tampoco debería ser una piedra en la mochila.

Y menos si se pudo contemplar la actuación del Elche en La Manga ante un oponente de su misma categoría, aunque con algunas ausencias, todo sea dicho de paso. Los franjiverdes no merecieron perder. Igual que no merecieron el empate o la derrota en bastantes partidos de la temporada pasada. El deporte no siempre reparte puntos por méritos sobre el terreno de juego. En el fútbol cuentan los goles y esa es la tarea que dejó pendiente el Elche. La Dirección Deportiva debió anotarlo de cara al tramo final del mercado, cuando algunos delanteros que se vean sin minutos busquen destino. Algunos nombres, como el del canterano del Athletic Asier Villalibre, ya empiezan a postularse como refuerzos para equipos de Segunda.

Los de Pacheta anduvieron carentes de mordiente arriba. Quizás porque a Yacine le falta un punto físico que debería entonar de aquí al comienzo de Liga para dar el pasito que lleva esperando toda su carrera para asentarse en el fútbol profesional. En los cinco últimos meses del curso pasado dejó claro que entiende muy bien el juego, tanto de cara como de espaldas, y que es capaz de pelear con los centrales. Ahora se espera de él, como «9» que es, el gol.

Bien en defensa

De área a área. La retaguardia del Elche lleva un verano notable. El equipo ha encajado dos goles en seis partidos. Yendo al detalle de ambas jugadas, en dos acciones puntuales y evitables.

La UD Ilicitana batió a Satoca en una falta escorada que el portero del Ilicitano creyó que iba a ser un centro y fue un remate. Poco análisis se puede hacer de este error individual del meta, que deberá seguir su progresión en el filial. Desde entonces pasaron 407 minutos hasta que el Elche encajó otro tanto, el sábado pasado frente al Albacete.

Ninguno de los rivales de Segunda B (Orihuela, UCAM e Ibiza) fue capaz de batir a los ilicitanos en tres partidos con la defensa rayando a buen nivel y con San Román firmando un par de muy buenas intervenciones frente a los universitarios.

La racha la rompió Manu Fuster y señaló, con dolor, quizás al que menos lo merecía. Óscar Gil, al que Pacheta puso un examen en pleno mes de agosto para ver sus capacidades, se vio superado en un balón largo despejado desde el área rival. Una auténtica pena porque el canterano está firmando correctísimas actuaciones en los amistosos. Sin ir más lejos, frente al Albacete fue habitual oír a compañeros y a Pacheta felicitarle por sus acciones. «Muy bien, niño», le espetó el técnico tras una buena jugada en ataque.

La seguridad atrás aún depende de los refuerzos que espera Pacheta para cerrar su línea defensiva. Lateral derecho y central para el once titular. Lateral izquierdo para competir con Juan Cruz. Para el eje de la zaga se desea un hombre de nivel. Una pareja Gonzalo Verdú-Etxeita suena tan bien y recuerda tanto a la formada por el vasco y Pelegrín en la 2012/13 que parece más un sueño que una posibilidad real.

El centro del campo y las bandas son las zonas, a priori, ya cubiertas en la plantilla del Elche y donde Pacheta más está alternando, con la intención de variar el dibujo táctico incluso dentro del propio partido. Es una de las novedades que se espera para este curso, salir del corsé del 4-1-4-1 y poderse manejar tanto con dos puntas arriba como con doble pivote y tres mediapuntas por detrás del ariete. Ahí, el rendimiento de los fichajes Mfulu y Folch resultarán fundamentales para realizar las variaciones con respecto al curso pasado. Ante el Albacete, al igual que en partidos anteriores, el equipo realizó una presión alta muy interesante. Sin embargo, a estas alturas de temporada es imposible mantener ese ritmo durante una larga fase del choque. El objetivo es poder hacerlo entre septiembre y junio.

Quedan dos semanas para empezar lo serio y el Elche ya no está invicto. Un suspiro para algunos. En el recuerdo, por ejemplo, el verano de 2012, que no fue excelente en cuanto a resultados (ni tampoco en sensaciones), pero en el que fue echar el balón a rodar con puntos de por medio y alcanzar una velocidad que nadie pudo seguir en las diez primeras jornadas.

Al Elche le quedan dos test antes del Fuenlabrada para medir sus fuerzas. En ellos, lo importante no será el resultado y sí la imagen que transmita el equipo. El rumbo a seguir estaba marcado y el barco ha zozobrado. Toca comprobar si no ha habido daños en la tripulación. Tras la primera caída, este Elche debe demostrar que es capaz de levantarse.