El verano es posiblemente la única época del año en la que no importa el resultado de un partido de fútbol. La obsesión de los equipos en pretemporada es la preparación física, sabiendo que aunque sea de una manera invisible, el trabajo de este primer mes es fundamental para el futuro del resto de la campaña.
El Elche no es una excepción en estos casos. Los técnicos y médicos tienen diseñado al detalle un plan de trabajo en el que tratan de convencer a los jugadores que seguirlo a pies juntillas es fundamental para llegar en el mejor momento de forma al inicio de Liga dentro de un mes y, posteriormente, mantener el máximo nivel posible durante el curso.
La jornada del Elche en el césped da comienzo a las 9 de la mañana, pero a esa hora los jugadores ya acumulan cierta actividad. A las ocho menos cuarto están citados para desayunar juntos en la Zona VIP del estadio, por lo que hay miembros del equipo que ponen su despertador a las siete. La puntualidad no se negocia. Además, los desayunos juntos sirven para hacer piña y para que los nutricionistas puedan comprobar de primera mano los hábitos alimentarios de los futbolistas, especialmente de los que aún no conocen demasiado.
Una vez concluida la sesión, los deportistas se retiran a la zona de baño, masaje y recuperación. Sobre todo, para refrescarse del sofocante calor que suele hacer justo cuando terminan el ejercicio físico. Allí se ponen en manos de recuperadores y masajistas.
La rutina matinal es prácticamente la misma a diario. La de la tarde solo cambia en los días que Pacheta programa doble sesión. Si no hay entrenamiento, la plantilla se va a comer a casa y tiene orden tajante de descansar hasta la mañana siguiente.
El descanso es fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo del deportista y los técnicos del Elche insisten en ello. «El Tour se gana en la cama», aseveraba Joop Zoetemelk, campeón ciclista holandés de los años 70 y 80. Ese mensaje se transmite también desde el club franjiverde.
Pacheta y sus hombres de confianza también recalcan la importancia de forzar la maquinaria solo hasta cierto punto. Ayer mismo, el entrenador hacía hincapié en ello durante los estiramientos. «Escuchad a vuestro cuerpo», les decía para tratar de evitar lesiones importantes a estas alturas.
Días de doble sesión
Si hay que trabajar por las tardes, la plantilla come junta a una hora temprana (12:30, aproximadamente) y se va a casa a descansar. A los técnicos les gustaría que ese tiempo de asueto se pudiera realizar en instalaciones del club, pero no hay espacio disponible.
A las seis de la tarde, la plantilla vuelve al Martínez Valero y cierra la doble jornada con entrenamiento a las siete. De vuelta a casa, cena y a dormir... hasta que suene el despertador. Entrenar, descansar. Entrenar, descansar. Ese es el plan del verano del Elche.
