Menos mal que se trataba de un partido intrascendente porque hubiera sido un ridículo espantoso. El Elche tiró por la borda un partido que tenía totalmente sentenciado en el minuto 78 con 0-3 en el marcador. Pero en solo cinco minutos estropeó de forma grave todo lo bueno que había hecho hasta ese momento y se dejó empatar por un descendido Nàstic de Tarragona en estado de depresión.
A los franjiverdes parece que les dieron pena tantas desgracias de los catalanes y decidieron regalarle, por lo menos una alegría a modo de empate. La imagen de los ilicitanos en esos cinco minutos no fue propia del fútbol profesional y, aunque Pacheta la atribuyó a la falta de tensión porque no había nada en juego, hay que hacérselo mirar. Incluso pudo ser peor porque los tarraconenses pudieron marcar el 4-3, aunque en el tiempo de prolongación Dani Calvo y Alexander también tuvieron el 3-4 en sus botas en dos remates dentro del área.
Fue un partido de auténtica locura y que ya tuvo su primer incidente en el calentamiento. Yacine Qasmi, que iba a ser titular, notó unas molestias y tuvo que dejar su puesto a Carlos Castro. El Elche salió mejor, controló el balón y jugó a su antojo. El Nàstic solo puso en aprietos la meta de Edgar Badía en un par de ocasiones de Uche y Noguera. Incluso la fortuna se alió con los franjiverdes y en el minuto 30 un disparo de Xavi Torres desde la frontal del área, sin apenas peligro, se le coló entre las piernas al portero local Bernabé.
Poco después Pacheta sufrió su primera expulsión en el club ilicitano por discutir una falta con el cuarto árbitro.
Nada más comenzar la segunda parte, el colegiado decretó penalti en una tibia caída de Javi Flores dentro del área. Castro puso el 0-2 y el choque estaba totalmente encarrilado. Juan Cruz vio dos tarjetas amarillas en siete minutos, la segunda, innecesaria, en el 59.
Aún jugando con diez, el Elche tenía el control y, en la mejor jugada del encuentro, Iván Sánchez metió un balón al espacio para que un espectacular Josan encarara el portero y picase el balón con un toque sutil (0-3 m. 68). La victoria estaba en el bolsillo de los franjiverdes.
Falta de concentración
En una jugada aislada Uche redujo distancias tras aprovechar una falta de concentración y velocidad de la defensa ilicitana para despejar un balón milagroso que Edgar Badía había rechazado a un remate de Noguera en la frontal del área pequeña. (1-3 m. 79). Esa jugada tenía pase y se puede hasta admitir en un momento dado.
Pero a partir de ahí vino el estropicio y más incidentes. Gonzalo Verdú tuvo que pedir el cambio por una lesión muscular. Le sustituyó Neyder y el colombiano metió el primer balón que tocó en su propia portería de una forma un tanto extraña (2-3 m. 83). Y, solo 60 segundos después, Dani Calvo también quiso ser protagonista negativo. El central oscense perdió un balón a la hora de salir jugando desde atrás y se lo dejó en bandeja para que Luis Suárez estableciera el empate en el minuto 83. Increíble, pero cierto.
Por si faltaba poco, el Nàstic tuvo el cuarto y luego fue expulsado Pol Valentín al ver dos tarjetas en cuatro minutos.
La locura era tal que nadie entendía qué pasaba. Y menos en el tiempo de prolongación, cuando primero Dani Calvo y luego Alexander pudieron arreglar todo el desaguisado marcando el 3-4 en sendos remates dentro del área desde una buena posición.
En resumen: tres lesionados (Yacine, Gonzalo Verdú y Xavi Torres), dos expulsados (Pacheta y Juan Cruz) y lo que más duele: un empate a tres en cinco minutos después de ir ganando 0-3.
Son situaciones para hacérselo mirar, porque un triunfo hubiera situado al Elche con 56 puntos. Ahora, la manera en la que se produjo este empate duele y mucho, y seguro que a Pacheta no le ha gustado nada y el martes se lo hará saber a sus futbolistas en el primer entrenamiento de la semana. Hay que competir hasta el final.
