El fútbol es un deporte sencillo, que no fácil. Este Elche hecho a imagen y semejanza de Pacheta juega con hechuras de veterano de guerra, consciente de sus posibilidades pero también de sus vicios. Ayer aplacó el imperturbable ritmo que había puesto recientemente un Sporting de Gijón inmerso en maniobras urgentes de mejora. Y lo hizo de tal manera que el punto cosechado en El Molinón supo incluso a poco porque Nino lleva más clases en el colegio que nadie.
El partido arrancó enérgico con el intento del Sporting de reeditar el gol más rápido de la temporada, pero la intentona del serbio Djurdjevic se deshizo antes de iniciarse. Replicó rápido Josan, hábil y descarado desde el costado izquierdo, pero su disparo lo atrapó sin mayores sustos el meta Mariño.
Los rojiblancos apostaron sin reparo en el juego directo en el comienzo y Carmona, santo y seña del actual Sporting, probó sin suerte a Édgar Badia. Sin embargo, el primer aviso serio lo protagonizó Gonzalo Verdú, de vuelta al once inicial tras un semana de descanso. El central remató con fe un saque de córner cuyo rebote le cayó a Dani Calvo, ambos defensores en roles extraños, y la jugada no pasó a mayores.
Tras ello el Sporting se estiró, comandó sin titubeos los últimos 20 minutos del primer periodo e hizo diana a los 27 minutos con una jugada que sólo Babin acertó a darle un final digno. Primero probó el gol olímpico Traver, Badia respondió y el rebote le cayó a Djurdjevic, que volvió a poner el balón en la pomada. El meta franjiverde, una garantía inmensa, volvió a reaccionar, pero Calvo no acertó a despejar y el central sportinguista puso el 1-0.
Los de Pacheta sobrepasaron unos minutos de estrés provocados por la insistencia de Traver y el dinamismo de Djurdjevic, más liberado al lado de Alegría. Al borde del descanso, Calvo cedió su sitio a Neyder por un esguince de tobillo al que Pacheta, en rueda de prensa, le diagnosticó dos semanas de recuperación.
El Elche salió valiente del túnel de vestuarios tras el descanso y comenzó a inquietar con más éxito la meta de Mariño. Primero fue un centro medido desde la izquiera de Borja Martínez, que suplió a un Josan diluido, que se paseó por el área sin dueño alguno. Acto seguido Nino entró en el partido. Estaba desde el inicio, pero decidió aparecer ahí, sabedor de que era el momento preciso. En el 63', algo escorado, disparó con la izquierda tras un pase mirando al tendido de Javi Flores que le dejó solo, pero Mariño volvió a demostrar que hay pocos colegas que le discuten el trono en la categoría.
Sin miedo a nada el Elche se desmelenó y pudo pagarlo caro en un contragolpe del tenaz Djurdjevic que corrigó Juan Cruz después de una pérdida peligrosa de Alexander.
El Sporting se mostró serio, sin estridencias ni para bien ni para mal, pero en el 74' Nino dejó la firma y engatilló con la pierna izquierda una volea en el segundo palo tras un centro del venezolano Alexander. Inapelable.
Los últimos 15 minutos se convirtieron en una ida y vuelta continua. Pudo hacer el 2-1 de nuevo Babin, con una cabeza prodigiosa. También pudo subir el 1-2 en un lanzamiento de Verdú de falta. Pero nada tan claro como un disparo que se marchó alto de Xavi Torres, a quien había dejado solo Nino en un servicio de fábula.
Pacheta reconoció en rueda de prensa que el punto sabía «rico» y que el equipo estaba cada vez más cerca del objetivo. «Ahora nos toca saber cuál es el objetivo», explicó el técnico del Elche en rueda de prensa. Los franjiverdes suman 47 puntos y quedan todavía seis semanas por delante. Ayer redujo con firmeza a uno de los cocos con Nino otra vez como cabecilla.
El fútbol es un juego sencillo, desarrollarlo con Nino en los tuyos siempre es más fácil.
Visita del exfranjiverde Pelayo en las gradas de El Molinón
El exfutbolista del Elche Pelayo Novo saludó ayer a la expedición del Elche antes el inicio del encuentro en El Molinón. El asturiano, que defendió la camiseta franjiverde en tres temporadas entre 2012 y 2017, cayó al vacío en marzo de 2018 desde la tercera planta de un hotel de Huesca mientras estaba concentrado con el Albacete. Pelayo continúa su rehabilitación en el Hospital de Parapléjicos de Toledo.
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