Con moderado optimismo y con cautela. Así recibió el Elche la noticia de la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) de anular la sanción de siete millones al Hércules por ayudas ilegales del Estado.

El club ilicitano se encuentra en una situación similar a la de su eterno rival. Desde Bruselas le reclaman 4,1 millones al entender que el préstamo de 14 millones recibido en 2010 y que avaló el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) contó con unos intereses ventajistas con acuerdo al mercado de aquel momento y debe pagar la diferencia.

La entidad franjiverde tiene la cautelar a la espera del fallo definitivo que esperaba que sea favorable, al igual que ha ocurrido con el Hércules. Los motivos que llevan al Elche a ser optimistas es principalmente que la defensa para pedir la anulación de la sanción ha sido muy similar a la del club blanquiazul y se ha basado, sobre todo en las contragarantías presentadas en el aval. En el caso del club ilicitano, en el contrato de prenda firmado entre la Fundación Elche Club de Fútbol y el IVF se presentaron como garantías la pignoración de las acciones de la entidad y diferentes fincas del estadio Martínez Valero, por unos 52 millones.

El presidente del Elche, Diego García, reconoció ayer, en declaraciones a EFE, que la sentencia favorable al Hércules «es una buena noticia para los otros clubes implicados (Valencia y Elche)», pero, al mismo tiempo advirtió de que «hemos visto fallos diferentes en un mismo asunto», en alusión al caso del FC Barcelona y Athletic Club de Bilbao alusivas a su régimen fiscal.

El dirigente ilicitano se muestra «moderadamente optimista» porque considera que se ha sentado jurisprudencia y, sobre todo, porque «la piedra angular de la sentencia favorable al Hércules está en las contragarantías presentadas al aval, que es precisamente el mismo argumento por el que al Elche le concedieron la cautelar».

Diego García indica que «tenemos la esperanza de que nuestra sentencia pueda ir por el mismo sentido, aunque debemos mostrar cautela».