Condicionado por las lesiones y a remolque de los acontecimientos en forma de goleadas -del 5-1 en Cádiz a los cuatro encajados en Coruña y frente al Córdoba en casa en la Copa- el técnico del Elche José Rojo, Pacheta, sigue alimentando las dudas sobre el el esquema táctico que condiciona el juego del equipo. Cuatro o cinco defensas. Ésa es la cuestión. La apuesta del entrenador el viernes en Tenerife por los tres centrales volvió a naufragar. El Elche fue zarandeado en defensa en la segunda parte, echó mucho en falta el juego entre líneas de Iván Sánchez y apenas tuvo presencia en ataque. La visita el próximo domingo al Martínez Valero del colista Nàstic de Tarragona se presenta como un bálsamo para corregir el mal inicio de año franjiverde. No hay margen de error porque siguen apretando los rivales directos, como el propio conjunto chicharrero, o el Extremadura y el Zaragoza con sus victorias de ayer.
La baja de Manu Sánchez y el cambio de dibujo desajustanal equipo en defensa y ataque
Volvió Pacheta a la defensa de cinco que tan buen resultado le dio en Majadahonda, pero el equipo se desajustó en ataque y en defensa. Sobre todo en una pésima segunda parte, en la que apenas tuvo ideas ni orden. Enredado en el laberinto de su propio esquema, los cambios de dibujo no le sientan bien al equipo. La ausencia por sanción de Manu Sánchez le pesó en exceso al grupo, que intentó protegerse con tres centrales, pero le faltó concentración defensiva y claridad en ataque. El entramado defensivo se resintió aún más con la lesión en el minuto 6 de Neyder Lozano, a pesar de que su sustituto Manu fue, contra pronóstico, la principal baza ofensiva de los franjiverdes en la primera parte. Dani Calvo debutó como central derecho y se le notó aún corto de adaptación. Por su banda llegó el centro de Montañés para el primer gol chicharrero de Malbasic.
Muy poca presencia en la zona de creación y en el área rival
En cierto modo, la gran aportación atacante de un defensa como Manu deja en evidencia el escaso peso que tuvieron en Tenerife los jugadores de la zona de creación y, por consiguiente, los atacantes. Tras el paréntesis igualado y sin apenas juego del primer acto, los tinerfeños se hicieron con el control del balón en torno a Luis Milla y Suso frente a la impotencia de un Elche que dio la sensación de bajar físicamente y en el que no aparecieron apenas Javi Flores, Villar, Xavi Torres, Alexander o Juan Cruz. El apagón creativo del Elche dejó muy desconectado a Nino en su regreso al Rodríguez López y sólo Benja inquietó algo al meta Dani Hernández. El equipo notó mucho la ausencia entre líneas del «tocado» Iván Sánchez. Con el marcador en contra, y pese a jugar con tres centrales, Pacheta retiró a Nino para dar entrada a Sory Kaba, de nuevo relegado.
El calendario hace un guiño pero los rivales directos no dan tregua
El Elche mira con optimismo el inmediato futuro por encontrarse el próximo partido en casa con el colista Nàstic y disputar en el Martínez Valero cuatro de los seis partidos siguientes. Cinco de ellos serán frente a rivales directos. Pero el equipo de Pacheta no puede relajarse ni un ápice, como avisó el miércoles el técnico. Dos implicados en la lucha por la permanencia como el Extremadura y el Zaragoza ganaron ayer y dejaron al Elche a sólo un punto del descenso.
