José Rojo, Pacheta, entrenador del Elche, lamentó al final del partido la derrota frente al Alcorcón con un gol del argentino Esteban Burgos que llegó «fuera de tiempo» y dejó dentro del vestuario un sentimiento de «duelo» e «indignación». Por su parte, Benja, que fue titular en el Municipal de Santo Domingo en lugar del nigeriano Sory Kaba, que estaba con su selección, no dudó en afirmar que «no jugamos el partido que buscábamos».

Transcurridas las horas y dejando de lado ese gol maldito en el minuto 94, tras separar el grano de la paja, el Elche volvió a demostrar que, como decía el técnico brasileño Elba de Padua Lima, «Tim», «jugar al fútbol es como tratar de taparse con una manta corta: si uno se cubre la cabeza es inevitable que se descubran los pies; y si se tapan los pies, queda afuera la cabeza». Pacheta lo apostó todo al músculo en Alcorcón y lo perdió en la última jugada.

El Músculo por bandera

Un once inicial con futbolistas menos desequilibrantes

Pacheta hizo cuatro cambios en el once inicial frente al equipo madrileño y todos encaminados a darle músculo a su once ante un rival que maneja a la perfección los parámetros de Segunda División. Xavi Torres dejó en el banquillo a Javi Flores y Alexander actuó por banda, por delante de Tekio. Su libro de estilo del partido era claro, ya que la entrada de Benja por Sory Kaba y la de Manu por el sancionado Gonzalo Verdú estaban cantadas. Inicialmente la idea no era descabellada dado el potencial del líder de Segunda. Una fórmula que no tiene por qué considerarse como defensiva. El Alcorcón no tiene nombre, pero sí argumentos futbolísticos para esta categoría. Una especie de rodillo alemán que al final te lleva por delante. Sigue invicto en su casa y solo ha recibido seis goles. De ahí que se estaba obligado primero a tratar de disminuir las virtudes del contrario antes de explotar las propias en un escenario complicado.

Sin posesión

El Alcorcón tuvo en su poder el balón en un porcentaje del 63,3%

El Elche tuvo poca posesión frente al Alcorcón, solo el 36,7%. Era lo que buscaba inicialmente. Armarse con orden y no recoger de su portería los nueve balones que tuvo que sacar en los últimos partidos foráneos ante Deportivo (4-0) y Cádiz (5-1). El problema pudo estar en la segunda parte, cuando quizás se careció de un plan B si la cuestión era la de ser más ambiciosos. No obstante, el técnico agitó la coctelera y puso en el campo a Provencio, Josan y Nino. El almeriense quizás salió un poco tarde e igual Javi Flores pudo haber hecho más daño entre líneas aprovechando el desorden del rival y su ansiedad a medida que se acercaba el final del duelo. De todas formas, con ellos en el campo no se fue capaz de meterle una marcha más al partido. Se limitó a esconder el balón, pero nunca se miró a la portería de Lizoain y eso es un problema. Al final, cuando un equipo se obsesiona con el empate, se suele quedar sin nada. Fue un gol fruto de la estrategia, que llegó gracias a una falta que era evitable y por no ser capaz de hacer morir el partido en la jugada anterior en la banda izquierda. Resultó cruel, por el momento en el que llegó el gol rival, pero pudo producirse antes la diana de los alfareros. No hay que olvidar que José Juan mantuvo vivo al equipo hasta ese minuto 94 fatídico. Detuvo un penalti y realizó un par de intervenciones de mucho mérito.

La sombra de Sory

A domicilio las ausencias del guineano son determinantes

Sory Kaba no viajó a Alcorcón porque estaba con su selección y el equipo lo notó. El guineano aporta goles y, sobre todo, trabajo. Es una auténtica válvula de escape de este Elche el recurso fácil de balones largos sobre él que alejan el peligro y lo crean en el área contraria. Es la pesadilla de los centrales del contrincante. Sus ausencias ante Numancia y Deportivo también resultaron determinantes como la del domingo en Santo Domingo. En la segunda parte, cuando Cristóbal Parralo, técnico del equipo alfarero, arriesgó sacando a Pereira y jugando con dos puntas, su presencia en el campo hubiera dado salida al equipo ilicitano arriba. El punta africano da un ADN al equipo y el Elche no puede ni sabe jugar a lo mismo cuando él no está en el campo. Benja es otra cosa. Con el catalán se trata de romper por bandas y de servirle balones, pero este estilo no lo maneja igual el grupo en Segunda. La baja de Borja resulta determinante en este aspecto, ya que todo queda en manos de Iván Sánchez.