Rabia, impotencia y desazón se unieron al unísono en los jugadores del Elche cuando el árbitro pitó el final del partido en el Municipal de Santo Domingo. El camino hacia los vestuarios fue un canto a la desesperanza y la desesperación. Nadie se podía creer la derrota después de aguantar nada menos que 94 minutos, en medio de la lluvia, ante el nuevo líder de la categoría. El fútbol, a veces, tiene esos golpes bajos que hay que saber asimilar para no venirse abajo cuando tienes el premio al esfuerzo tan cerca.
Una falta lanzada por Sangalli, en el minuto 94, la remató al fondo de la red de cabeza Burgos tras rozar en un jugador franjiverde. Un auténtico jarro de agua fría, en medio del diluvio, para un Elche que se mereció al menos un punto ante un rival que acaba la jornada como líder de la Liga 123. Los ilicitanos se aplicaron de manera meritoria en defensa y consiguieron mantener la portería a cero hasta ese minuto fatídico, aunque en ataque apenas inquietaron al meta rival Lizoain. Lo fiarion todo al control defensivo y el esfuerzo resultó baldío con esa diana cruel en el suspiro final.
José Juan fue el protagonista del Elche en la primera mitad. El meta gallego detuvo, en el minuto 19, un penalti lanzado por Juan Muñoz. Supo aguantar al delantero y despejó el esférico de manera providencial evitando que el Alcorcón se adelantara en el marcador. El vigués volvió a demostrar que está preparado para defender la portería franjiverde y despejó las dudas que se crearon alrededor de su persona tras las goleadas cosechadas ante Deportivo y Córdoba.
Pacheta apostó inicialmente por un once de músculo con Xavi Torres en la medular, en lugar de Javi Flores, tratando de frenar el fútbol de fuerza de los pupilos de Cristóbal Parralo. Alexander se encargó de cerrar la banda derecha y Benja ocupó la baja de Sory Kaba. Atrás, como estaba previsto, Juan Cruz acompañó a Neyder como central, con Manu en el lateral izquierdo.
El fútbol resultó poco preciosista, típico de la Segunda División, y el Elche, como tenía previsto, llegó vivo al descanso. El Alcorcón apretó, pero, al margen del penalti cometido por Tekio, poco más. Era el plan previsto ante un rival que sabe a lo que juega: defiende sin dejar muchas opciones atrás y trata de avasallar a los contrincantes con su método rodillo en el que Dorca ejerce de maestro de ceremonias.
Tras el descanso, los alfareros parecieron cesar en su empeño y perdió fuerza ante un Elche que logró defenderse más lejos de su área. Manuel Sánchez fue el jefe de operaciones a la hora de desconectar a el juego local, bien ayudado por el tra bajo de todo el equipo, incluso de los más creadores como Gonzalo Villar y Xavi Torres.
Pacheta fue sacando al campo a Provencio, Josan y Nino para tratar no sólo de defender el resultado, sino también de hacer daño en el desorden del rival que puso en el campo a dos puntas, con la entrada de Pereira, pero que perdió fuelle en la medular.
El Elche logró llevar el duelo donde quería, pero nunca inquietó a Lizoain. Cuando saboreaba el punto, llegó el gol de Burgos en el minuto 94. Una falta absurda de Alexander, en ese instante de partido es mejor no cometerlas, la convirtió en gol Burgos y Santo Domingo ve como crece su leyenda de campo maldito para los franjiverdes. Seis partidos y sólo una victoria, la primera que se jugó en el recinto madrileño.
Toca pasar página y mirar al próximo domingo. Estas derrotas hacen daño, pero también refuerzan el espíritu colectivo de un grupo que lo dio todo en el campo.
