El Elche empata sin goles ante la UD Las Palmas (0-0) y vuelve a dejar la portería a cero por tercer partido consecutivo disputado en el estadio Martínez Valero. No se ganó como ante Lugo (2-1), Málaga (2-0) o Real Zaragoza (2-0), pero se hicieron méritos para conseguir de nuevo todo el botín ante un gran rival. El coliseo franjiverde se ha convertido en un fortín y el equipo de Pacheta sabe lo que tiene que hacer en cada jugada para buscar el triunfo y esa confianza en sus posibilidades le lleva a plantear los duelos sin complejos. En esta ocasión, faltó una pizca de suerte parar descantar el resultado de su lado, pero se hicieron muchas cosas bien. El Elche minimizó el potencial de un gran rival.
Los ilicitanos volvieron a levantar la cabeza, después del varapalo recibido la semana pasada en el Ramón de Carranza, y demostrar que en ese vestuario nadie baja los brazos por mucho que enfrente haya un rival de la categoría y nivel del conjunto de Manolo Jiménez. Los ilicitanos volvieron a ser fiables y, aunque el punto pueda saber a poco, ayuda a seguir creciendo.
Los franjiverdes estuvieron más cerca de conseguir la victoria, pero les faltó más precisión en los últimos metros para superar a una UD Las Palmas muy blanda atrás, que sólo en la recta final del duelo, cuando el partido se quedó sin ataduras tácticas, pudo decantar el marcador de su lado. En ese final, con idas y venidas, cualquiera de las dos escuadras pudieron llevarse el gato al agua, pero las porterías terminaron sin ser perforadas.
En el haber del rival apenas dos chispazos, lo que dice mucho del Elche. Rafa Mir envió el esférico al palo antes del descanso, tras un error en la salida del balón de Gonzalo Verdú, y Rubén Castro vio cómo le anulaban un gol en el tramo final de la contienda por un fuera de juego muy claro.
Regreso al mismo sistema
Pacheta regresó al 4-1-4-1, con José Juan, Josan y Neyder como novedades en el once inicial. El equipo franjiverde volvió a ser sólido y muy competitivo. Armas que le sirvieron para cponer contra las cuerdas a todo un transatlántico como la escuadra canaria. Le faltó gol para haber logrado todo el premio. Cuando no se puede ganar, un empate no es malo y las sensaciones vuelven a ser mejores que el resultado.
En la primera parte, el Elche consiguió que los balones no llegaran a Rafa Mir y Araujo, pero le faltó estar un poco más centrado cuando piso la línea de tres cuartos del rival. El equipo mantuvo el orden.
Gonzalo Villar y Javi Flores realizaron un gran trabajo en la medular y contaron con varias ocasiones para conseguir adelantar en el marcador. Sory Kaba mantuvo a raya a los centrales, mientras que Iván Sánchez rompía entre líneas a un competidor con muchas dudas a la hora de defender.
En la reanudación, la escuadra de Manolo Jiménez pareció salir a por el partido, pero pronto volvió a perderse en su propio laberinto y se limitó a buscar a Rubén para conseguir los tres puntos. Javi Flores tuvo un balón muy claro para hacer 1-0, pero falló lo más fácil.
Cambios en la segunda mitad
Pacheta movió el banquillo. Primero, apostó por Alexander para cubrir la baja del lesionado Josan. Nino sustituyó a Javi Flores; y Benja saltó al campo en lugar del nigeriano Sory Kaba.
Sólo en los últimos diez minutos, cuando ambos equipos se desorganizaron, la escuadra canaria tuvo un par de ocasiones para conseguir todo el premio. No hubiera sido justo, porque el Elche estuvo más cerca del triunfo. Se mostró serio atrás, pero le faltó gol para haber logrado su cuarta victoria consecutiva en el Martínez Valero.
Ambos rivales dieron por bueno el empate, aunque la UD Las Palmas se marchó más contenta a su tierram ya que durante muchos minutos estuvo más cerca de la derrota.
Pudo saber a poco a los ilicitanos el punto, pero el fútbol realizado los dejó satisfechos y el hecho de haber sido capaz de plantar cara a un contrincante llamado a luchar por regresar esta temporada a Primera División.
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