«Ahora considero que tengo otro partido, que es el de vivir lo que me queda, que lo voy a jugar y que espero ganar. Sé que están las opciones también de perder o que se pueda empatar, pero lo que no voy a dejar es de pelear y luchar que al final es el camino que hay que vivir. Si disfrutas del camino, la meta vendrá sola», expone Pelayo Novo, exfutbolista del Albacete y del Elche. Desde mayo se recupera en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, donde irradia vitalidad en cada expresión, en cada palabra, mientras transmite con entereza el camino de superación que ha recorrido desde entonces.

P ¿Cómo está en la actualidad?

R Estoy mejor, sobre todo desde que entré por las puertas de este hospital (El Hospital de Parapléjicos de Toledo). La evolución ha sido grande, porque cuando entré apenas me podía pasar de la cama a la silla. Necesitaba ayuda de los celadores. Pero, por suerte, a día de hoy me desplazo con dos bastones, puedo caminar ayudado por ellos y puedo hacer una vida independiente, porque no necesito de la ayuda de otra persona para pasarme a la silla y para las necesidades de la vida diaria.

P ¿Los médicos le han hablado de que podrá andar sin bastones?

R Aquí cada lesión medular es diferente y cada caso es un mundo. Es cierto que el cuerpo cuanto más recupera es en los primeros meses, entre cuatro y seis meses, pero con mi tipo de lesión, que es de la lumbar 3 hacia abajo, el tiempo de mejora puede aumentar, aunque cuanto más pronto sea es mejor. Entonces, no descarto nada. Voy a continuar mi rehabilitación haya donde esté y no me pongo limites para hasta dónde puedo llegar. También sé que tengo que aceptar y aceptaré las lesiones que tengo y conviviré con ellas y aceptaré hasta dónde pueda llegar.

P ¿Qué pasó el 31 de marzo de 2018, con la caída desde la tercera planta del hotel de concentración de su equipo en Huesca?

R Yo creo que el cuerpo humano es inteligente y la memoria selectiva. Yo no recuerdo nada de aquella mañana. El golpe fue tan fuerte y la caída desde tanta altura y tan grande que quedé inconsciente en el momento y sólo recuerdo cuando desperté ya en el hospital en Zaragoza. Y me centro a partir de ahí, de lo que viene desde ahí en adelante. Para mí, volví a nacer en el Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza. Mi vida empezó de cero desde ahí. ¿Volví a nacer? Mi madre no tuvo parto, pero sé que sufrió también. Y además de ella, sé que mi familia, en la que incluyo también a mi pareja Iciar, y mis amigos sufrieron mucho. Si ya antes los admiraba y los apreciaba, ahora más. Y lo demás tiene menos importancia. Eso sí, las muestras de cariño que he recibido las agradeceré siempre.

P ¿Cuánta importancia ha tenido su familia en estos siete meses de recuperación?

R Muchísima, porque hay momentos en los que lógicamente tienes bajos después de un golpe duro y me apoyaron ellos. Mis padres, mi hermana, mi novia, compañeros del fútbol que han venido aquí a verme, compañeros que no son del fútbol. Toda mi familia ha sufrido, pero quiero hacer mención especial a mi padre. Él respondió a mi ilusión por jugar al fútbol llevándome a todos los campos desde pequeño y ahora le agradezco muchas cosas bonitas que he vivido con este deporte gracias a su esfuerzo.

P ¿Cómo se asume lo que ha pasado? ¿Es muy duro, los primeros días, las primeras horas...?

R Sí. En esos primeros momentos, pues si cuando un portero tiene un error dice «tierra, trágame», algo parecido. Pero lo que viví ya está pasado por encima. Me centro en lo que tengo que vivir de ahora en adelante, que estoy seguro de que voy a encontrar cosas que me ilusionen y que me van a hacer vivir y disfrutar de los momentos, que es lo que debe disfrutar una persona, y de la gente que tiene a su alrededor, de la gente buena, porque puedo reconocer que tengo mucha gente buena a mi lado, que me ha ayudado mucho.

P ¿Cuando se da cuenta de todo el apoyo que recibió tras la caída y la operación posterior de seis horas a la que fue sometido con su su vida en serio peligro?

R Pasé varias fases en el hospital. La primera fue de qué hago aquí. Me desperté y no sabía dónde estaba. '¿Dónde estoy?' Y me dijeron que en Zaragoza. Y yo les contestaba 'estás bromeando'. Estaré en Oviedo, en Albacete, pero no ahí. Luego pasé una fase en la que sufrí. Una fase de sufrimiento porque no podía mover las piernas y ver que sí podía mover de cintura para arriba, pero lo de las piernas me hizo sufrir bastante. Y luego ya, cuando me pasaron a planta, ya entré en una fase de superación. La gente que me venía a ver y sobre todo los que estaban cerca de mí no se merecían verme así con todo lo que habían sufrido. Y por ellos y sobre todo por mí, superarme, porque quiero vivir. Quiero vivir y estuve a punto de no contarlo. Los médicos al principio dijeron que mi vida corría peligro, que me iba a quedar parapléjico y por suerte a día de hoy me muevo con dos bastones. Todo se pintaba muy negro. Entonces, me centro en esa superación de que puedo vivir y que lo estoy pudiendo contar.

P ¿Qué siente al salir del hospital tras siete meses de recuperación?

R Tengo sentimientos encontrados. Quiero irme para afrontar la vida que tendré y lo que me deparará el futuro, pero a la vez aquí uno se acomoda, porque aquí tienes muchas facilidades, todo está adaptado a la silla, yo en mi caso me muevo en muletas, pero el hospital te da muchas facilidades y aquí hay actividades, hay rutina. Lo quiero afrontar, sé que va a costar, pero lo voy a afrontar y lo voy a superar. Sé que es un cambio y un paso dificultoso, pero hay que darlo.

P ¿Cuáles son sus planes de futuro?

R Para mí, es vivir, porque hay que disfrutar. Vivir es disfrutar de los momentos y de la compañía que se tiene alrededor. Y luego sí tengo planes, pero quiero disfrutar. Voy a continuar la rehabilitación, teniendo también una rutina, hacer deporte, ya sea para entretenerme, divertirme jugando al tenis, también puedo ir a la playa... Tengo esas ideas en la cabeza. Luego veremos. Y también me formaré y veré de lo que me puedo emplear en un futuro.