Borja Martínez (Alicante, 2-3-1994) es ese tipo de futbolistas que ha visto como su situación y su carrera profesional ha cambiado de forma radical en muy poco tiempo. El extremo del Elche era uno de los jugadores que la comisión deportiva tenía, durante la pretemporada, en su lista para saliese cedido a un conjunto de Segunda B.

Las pretensiones de Pacheta y del club ilicitano eran Aarón Ñíguez y Pablo Valcarce, pero los problemas con el límite salarial que tuvo la entidad franjiverde, junto a su constancia y esfuerzo en los entrenamientos, le han permitido ganarse la confianza del técnico, quien en los últimos días del mercado de fichajes decidió que iba a tener un hueco en primer equipo.

El futbolista alicantino no jugó ningún minuto en los tres primeros partidos de Liga frente al Granada, Osasuna y Reus. Debutó con la camiseta franjiverde en la Copa contra el Granada y, a partir de ahí, el viento sopla a su favor. Pacheta decidió ponerlo en el once inicial ante el Numancia en Los Pajaritos y, desde entonces, ha sido titular en todos los encuentros.

Jugador valiente, con velocidad y desborde, a sus 24 años está creciendo a pasos agigantados y el pasado viernes, en el choque frente al líder Málaga, mostró otra cualidad que no había desvelado hasta ahora. Se sacó de la chistera un magistral lanzamiento de golpe franco y colocó el balón por toda la escuadra de la portería malagueña. Su gol significó el 2-0 de los franjiverdes y, prácticamente, sentenció la victoria. En un principio iba a ser Gonzalo Villar el encargado de ejecutar el lanzamiento, pero Borja Martínez estaba con confianza, le pidió el balón y las cosas no le pudieron salir mejor.

«Estoy muy feliz de marcar mi primer gol como profesional y espero que sea el primero de muchos más con la camiseta del Elche», comenta el extremo del conjunto ilicitano. El futbolista alicantino se siente «muy contento por la victoria», y recuerda que «veníamos de dos partidos en los que no nos habían salido las cosas. Demostramos que si estamos al cien por cien durante los 90 minutos, podemos ganar a cualquiera. Estoy feliz por poder ayudar al equipo con el gol».

El extremo explica como se decidió a efectuar el lanzamiento de falta. «Le dije al míster que me veía con confianza de hacer gol, le di con toda mi alma y, por suerte, el balón entró».

Canterano del Hércules

Curiosamente, Borja Martínez se formó como futbolista en la cantera del Hércules, el eterno rival del Elche. Pronto despuntó y con 18 años, de la mano de Quique Hernández, debutó con el primer equipo herculano, con el que llegó a disputar seis encuentros en Segunda División. Pero en ese camino de rosas que parecía tener por delante empezaron a aparecer las espinas.

Fue perdiendo protagonismo y se marchó a la cantera del Espanyol. En tierras catalanas tampoco tuvo mucha fortuna. Salió cedido a la Cultural Leonesa de Segunda División B. Posteriormente su destino le llevó al Lorca, con el que logró al ascenso a LaLiga 123, pero no se quedó en el cuadro lorquino en la categoría de plata. La campaña pasada, con muy pocas ofertas, decidió emprender una nueva aventura en el Ebro, donde despuntó con Emilio Larraz en el banquillo, con 34 partidos y cuatro goles. Sus buenas actuaciones en el conjunto zaragozano no pasaron desapercibidas para los ojeadores del Elche.

Borja Martínez fue el primer fichaje del club ilicitano en la presente temporada. Llegó a un principio de acuerdo incluso antes de finalizar la anterior campaña y sin saber si cuadro franjiverde iba a ascender a Segunda o continuaría en el pozo de la Segunda B.

La comisión deportiva lo consideraba un futbolista interesante porque en el mercado no hay muchos extremos zurdos específicos. Por ello hicieron la apuesta para que, en caso de no ascender, evitar que se fuera a otro equipo puntero de Segunda B. Luego, si se subía a Segunda, como así fue, que fuese Pacheta quien decidiera. Y de momento, las cosas no le pueden ir mejor al extremo franjiverde.