El Elche se vistió de líder y superó con solvencia al Málaga, que llegó como favorito al estadio Martínez Valero y encaramado en la primera posición de la tabla, pero nunca pudo con los pupilos de Pacheta a lo largo de los 90 minutos. Los goles de Neyder Lozano y de Borja Martínez decantaron la balanza del lado franjiverde porque en todo momento fueron más intensos que su rival y futbolísticamente se mostraron superiores al conjunto andaluz.

Pacheta había dicho antes del duelo que la idea de su fútbol no era negociable y aunque cambió varias piezas de su tablero, siempre quiso tener el balón y le metió un ritmo endiablado al encuentro que dificultó el juego pausado de un Málaga, al que no le hace falta dominar para matar a sus rivales. Este equipo va creciendo con el paso de los partidos y las últimas derrotas han sido accidentes de los que ha aprendido.

En esta categoría, si no se va al 200 por ciento, es complicado salir a flote y dichas goleadas han hecho al equipo darse cuenta que nadie puede bajar los brazos. Pacheta insiste en estar juntos tanto en los buenos como en los malos momentos y con esa medicina se podrán derribar murallas como la de ayer.

Sorprendió el burgalés en su once inicial quitando la titularidad a José Juan en beneficio de Francis, mientras volvió a dar galones de líder a Gonzalo Villar, como compañero de Javi Flores en la medular dibujando un claro 4-1-4-1, con Manuel Sánchez en labores de equilibrio.

El regreso de Iván Sánchez y Sory Kaba estaba cantado. El extremo, tras superar una lesión, y, el guineano tras su periplo con su selección.

Gonzalo Villar demostró la calidad que posee y fue clave a la hora de agitar el estilo de los de Muñiz, pero no se puede dejar de lado la aportación de Iván Sánchez. Con él en el campo el Elche muestra un desequilibrio que hace daño a los rivales. El resto lo dio todo para que la victoria se quedara en casa dentro de un trabajo solidario de todos los pupilos del técnico burgalés.

El equipo ilicitano fue intenso desde el pitido inicial, mostró su orgullo herido y le plantó cara al líder en cada balón como si fuera el último. Fue un equipo vivo y que supo a lo que jugaba. Conscientes de que el Málaga espera su oportunidad para matar a sus rivales, los franjiverdes fueron a por los andaluces con descaro y el gol de Neyder Lozano, en el 36, al rematar de cabeza un balón que le puso Borja Martínez desde la izquierda, hizo justicia a los méritos de uno y otro contendiente en ese primer período.

Paradón de Francis

Es cierto que en el minuto 26, el meta Francis salvó a los suyos de recibir el 0-1 al ganarle un mano a mano a Blanco. El punta malacitano se quedo solo, pero el nigeriano sacó una mano salvadora. Fue el único intento de picotazo de un líder al que el Elche le hizo la primera parte muy incómoda y no le permitió llegar en ventaja a la línea de tres cuartos.

En la segunda parte, el Málaga pareció meterle una marcha más al equipo y en esos minutos el Elche tuvo la virtud de sufrir hasta la extenuación todas las acometidas del equipo de la Costa del Sol. Todos los jugadores dieron lo mejor de sí mismos para evitar que el rival llegara en ventaja al área de Francis, que, en el 60, a remate de Blanco, volvía a ejercer de salvador.

Tres minutos más tarde, en el 63, un zurdazo de Borja Martínez, al ejecutar una falta directa, hacía el 2-0. A partir de ahí, el Elche pudo aumentar su cuenta goleadora a la contra. El 2-0 final premió al que mejor jugó.

El Elche pudo brindar a su afición una victoria de prestigio ante el líder y, sobre todo, hizo olvidar dos goleadas que habían provocado dudas en el entorno. Fue una noche perfecta para demostrar que por fútbol y trabajo son capaces de ganar a cualquiera, se llame como se llame. El equipo volvió a ser competitivo de principio a fin y Muñiz no dudó en afirmar que «el Elche ha hecho un partidazo». Un gran elogio.