El Elche regresa esta temporada al fútbol profesional después de una travesía efímera por el desierto de la Segunda División B. Afortunadamente, a la primera, el club ilicitano logró regresar a LaLiga 123, lo que ha significado una bocanada de aire fresco, tanto para el club como para la afición.
Otra campaña en el pozo de la categoría de bronce podría haber situado a la entidad al borde de la desaparición por problemas económicos. Ahora todo el mundo se agarra al clavo ardiendo de la nueva categoría, incluso los más optimistas sueñan con hacer algo grande y volver a la Liga de las Estrellas. Pero el fútbol ya ha demostrado en más de una ocasión que es muy caprichosa y habrá que ir poco a poco con la meta de los 50 puntos como única prioridad perentoria.
Además, la entidad franjiverde se ha encontrado con el problema añadido de un límite salarial de apenas 3,2 millones, lo que ha obligado a no hacer grandes dispendios en fichajes y apostar por el bloque que consiguió el ascenso la temporada pasada y remodelar el plantel con siete incorporaciones, la mayoría jugadores jóvenes, con mucho hambre, y que van a debutar en LaLiga 123.
Pacheta va a seguir siendo el auténtico líder y guía de este equipo. El entrenador burgalés ya obró el milagro la temporada pasada. Desde su llegada el conjunto ilicitano no ha perdido ningún partido, sólo el último del «play-off» en Villarreal, en el que el resultado fue lo de menos porque lo que importaba era subir y se consiguió. El técnico también debuta en la categoría de plata y ha sido capaz de inculcar esa ilusión y ese hambre a sus futbolistas.
La plantilla es una mezcla de juventud y veteranía. Jugadores como el portero José Juan o el goleador Nino fueron determinantes en la promoción de ascenso y demostraron que por ellos no pasan los años. Otros como Gonzalo Verdú, Tekio, Manuel Sánchez, Provencio, Benja, Iván Sánchez, Josan o Javi Flores están como los niños con zapatos nuevos por jugar en una categoría que ya conocen, pero en la que les ha costado contar con un papel protagonista como el que pueden tener en el Elche.
A ellos hay que unir a jóvenes sobradamente preparados como el colombiano Neyder Lozano, que fue una de las sensaciones de la campaña anterior, el ucraniano Zotko, Sory Kaba o Redru, que quieren demostrar que tienen calidad y categoría de sobra para jugar en Segunda División.
Para reforzar ese bloque de la temporada pasada han llegado Gonzalo Villar -el regreso del hijo pródigo- y Chuca, dos de los chavales más prometedores del fútbol español e internacionales en las categorías inferiores de la selección española, que tienen que ser capaces de dar un salto de calidad. Junto a ellos, otros jóvenes como Juan Cruz, Claudio Medina y Borja Martínez, dispuestos a seguir creciendo; y dos futbolistas más experimentados como son los casos de Xavi Torres, que ha vuelto de Australia al fútbol español dispuesto a volver a demostrar que es el jugador que deslumbró en el Levante y que brilló con Guardiola en la cantera del Barcelona; y el venezolano Alexander, que la temporada pasada ascendió con el Huesca.
El dinero condiciona, pero no es seguridad de nada, ya lo demostraron Huesca, Girona o Leganés. El Elche no renuncia a nada, pero lo primero son los 50 puntos para asegurar la permanencia y, luego, ya habrá tiempo de soñar.
