«Al lado de un gran hombre, hay una grande e indispensable gran mujer». Una frase del mítico humorístico neoyorquino Groucho Marx que puede hacerse extensible al técnico franjiverde José Rojo, Pacheta, y a su grupo de colaboradores. El técnico burgalés llegó en silencio a 17 jornadas para el final de la pasada temporada, con un conjunto de futbolistas sumidos en un mar de dudas y tocando fondo.

Como por arte de encantamiento dio con la tecla exacta y consiguió el milagro de llevar al Elche a Segunda División en una recta final de competición impresionante. Sacó lo mejor de cada uno de sus jugadores y, para ello, contó a su lado con un equipo de trabajo que le ha sido fiel y que le ha ayudado a lograr lo deseado.

No cabe duda, que sin ellos, nada de lo conseguido hubiera sido posible y el propio Pacheta lo reconoce. Siempre ha elogiado a su entorno más cercano, propio de un club grande que cumple con todos los requisitos para que los verdaderos artistas, los futbolistas, puedan dar su mejor rendimiento en el día a día.

De hecho, de cara a la próxima campaña, sigue confiando en los mismos, a pesar de que hubo dudas al principio. Salvo con el entrenador de porteros. Paco Herrero, que realizó un gran trabajo al lado de José Juan, clave en el ascenso, y de Guille Vallejo, ha dejado su puesto a un hombre de la casa como Luis Miguel Quirant, que venía ejerciendo esa tarea en el filial. Su plaza la ha ocupado en el Ilicitano Rafa Fernández, el meta del Elche CF Sala. Quirant tiene mucha experiencia en este trabajo y ya ha realizado dicha tarea con otros entrenadores en el primer equipo ilicitano.

Pacheta sigue teniendo como segundo a José Luis Acciari realizando un trabajo importante en cada entrenamiento en esta pretemporada que acaba de arrancar en el campo anexo al Martínez Valero. Junto a ellos figura Chema Monzón, que aunque ejerce labores de «scouting», es uno de los hombres importantes del preparador burgalés. Desde su llegada confío en él y le dio galones de mando. En cada sesión está a su lado, graba los entrenamientos y, luego, en el despacho, delante del vídeo, toma nota con el fin de corregir todo aquello que cada futbolista no ha hecho bien para que no vuelva a repetirlo y el equipo progrese.

El preparador de Salas de los Infantes no vino con nadie a su lado, como lo han hecho otros entrenadores del Elche en los últimos y ha confiado en los hombres de la casa para manejar un grupo de jugadadores que vieron la luz con su llegada y pretende continuar por el mismo camino en su debut en Segunda División. Ya se lo ha repetido el técnico desde su llegada de vacaciones: «Es el momento de dar un nuevo paso adelante. El fútbol profesional así lo exige y el que pierda el tren se quedará fuera».

Preparación física

En el trabajo físico, Manuel Sempere sigue siendo el hombre importante en su parcela. Su labor en Segunda B fue determinante. Prueba de ello es que se llegó a la hora decisiva con el equipo a un gran nivel y con depósito lleno.

Fidel Agulló ejerce de segundo de Sempere en esa tarea en la que Pacheta les deja mucho protagonismo. Dos hombres de la casa capacitados para exprimir físicamente al grupo y sacar lo mejor de cada uno de ellos.

Otra de las parcelas fundamentales del grupo humano que hay alrededor de la plantilla del primer equipo franjiverde es la que forma el cuerpo médico.

Al frente de él continúa César Quesada como jefe, acompañado por el doctor Paulino Vázquez. A su lado están los fisioterapeutas Alejandro Vázquez y José María García, Milito, y los recuperadores Aitor Soler y Fran Vera.

Podría unirse a última hora Fran Martínez, como tercer fisioterapeuta, tras finalizar su excedencia. Néstor Vicente seguirá en principio de nutricionista; Antonio Castaño de podólogo; y Javi Sánchez, de enfermero.

La pasada temporada el papel del cuerpo médico resultó crucial a la hora de que jugadores como Javi Flores, del que se llegó a especular en sus anteriores equipo que se rompía con facilidad, diera un nivel muy alto y terminara la competición como uno de los futbolistas más en forma y demostrando que el trabajo de prevención que se hace en el Elche es propio de los equipos de Primera División aunque no siempre se valore en su punto justo, incluso desde dentro de los propios despachos franjiverdes. Junto a ellos, Fran Santiago sigue ejerciendo las labores de delegado, y los utilleros, Sancho y José Pérez, saben en cada momento lo que hay que hacer dentro de un vestuario.

Un grupo muy unido que a buen seguro servirá para que el otro, el que forman los jugadores, pueda dar el máximo rendimiento. En pretemporada ya se está viendo que su papel vuelve a ser fundamental.