La fiesta no fue completa. Antes de comenzar el encuentro se recibió un duro mazazo como fue el fallecimiento de un joven aficionado de 19 años, vecino de Novelda, que sufrió un accidente de tráfico cuando iba camino de Villarreal para disfrutar el partido y del ascenso del equipo de sus amores, que, lamentablemente, no pudo hacer realidad.

Fue un palo muy duro de dirigir que conmocionó a todos los seguidores y a los jugadores y cuerpo técnico, que se enteraron a la conclusión del encuentro.

Un trágico desenlace que tiñó de luto toda la fiesta que rodeaba el éxito del conjunto ilicitano.

A pesar de esa triste noticia y con el lógico dolor de corazón, la afición franjiverde sufrió y, sobre todo, disfrutó con el ascenso de su equipo. Cerca de medio millar de aficionados se dieron cita en la Ciudad Deportiva del Villarreal y no pararon de animar y jalear a sus futbolistas desde su llegada en el autocar. Al final del choque se desató la euforia y disfrutaron bailando con sus jugadores y con el técnico Pacheta.

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Elche se echa a la calle para celebrar el ascenso

El «Aromas Ilicitanos» se cantó una y mil veces y lamentaron que muchos más seguidores no pudieran estar presente en un día histórico a pesar de que algunas gradas del Mini Estadi estaban vacías. Pero el Villarreal decidió no facilitar más entradas al club ilicitano y reservar casi todas las localidades para sus abonados, aunque muchos de ellos, finalmente, no acudieron al encuentro.

Tras el gol del Benja todos se las prometían felices, pero para ascender hay que sufrir y eso es lo que se vivió en la Ciudad Deportiva villarrealense. El filial atacó y mucho y tras el empate a uno hubo algunos nervios. Pero, al final, todo salió según los previsto y algunos aficionados no pudieron contener las lágrimas de emoción de volver a ver a su equipo en Segunda División.

El vestuario fue una fiesta con jugadores, cuerpo técnico, auxiliares, directivos...muchos familiares de los futbolistas, que no se lo quisieron perder, esperaron su salida para abrazarse y disfrutar. Pero todos tenían prisas para volver a Elche para disfrutar de la fiesta con la afición.

Toda la ciudad pendiente

En el Elche, toda la ciudad estuvo pendiente del encuentro. Los bares estuvieron repletos sin quitar ojo a la televisión, en el estadio Martínez Valero también hubo un nutrido grupo de aficionados que vieron el encuentro juntos. En la zona de la Glorieta, poco a poco, fue agolpándose cada vez más gente. Con el 0-1 todos daban por hecho el ascenso porque el Villarreal B tenía que marcar cuatro goles. Los cánticos se sucedieron, Nino y Pacheta era los más aclamados cada vez que salían en las imágenes de televisión.

Algunos curiosos y curiosas que no estaban siguiendo el partido se acercaban a las mesas y preguntaban «¿Cómo van?». Todos sabían que era el día del ascenso.