El Elche está delante de su último peldaño para dar el salto a Segunda División. Tan sólo un escalón para conseguir el objetivo marcado a principio de campaña, quizás el más complicado, ante un Villarreal B que ya demostró sus hechuras de buen equipo cuando visitó hace unos meses el Martínez Valero en la Liga regular, con Pacheta ya en el banquillo franjiverde. Aquel empate a cero goles y la imagen mostrada por la escuadra amarilla dejó bien a las claras que los castellonenses eran aspirantes al ascenso. Al estar en el mismo grupo, el tercero, se pensaba que no iban a cruzarse en el camino del Elche, pero las circunstancias han llevado a que el equipo ilicitano tenga que jugarse el ascenso en el mismo lugar en el que logró, de manera virtual, el salto a Primera División con Fran Escribá en el banquillo franjiverde.

Se van a enfrentar dos equipos que han llegado a la hora decisiva muy enchufados. La escuadra de la Plana Baixa, que tiene una media de edad de 21,5 años, eliminó en primera ronda al Bilbao Athletic, y al Fuenlabrada en la segunda. En ambos encuentros tuvo momentos de grandeza y otros de mucho sufrimiento, pero salió vivo.

El San Mamés el filial amarillo mandó durante casi los noventa minutos y se trajo un claro 1-3, pero en la vuelta en el Mini Estadi las pasó canutas. A los veinte minutos perdía por 0-2 y en el 43 los cachorros estrellaron un balón al palo. La segunda parte fue controlada por la escuadra «grogueta».

Y, ante el Fuenlabrada, en el Fernando Torres, completó un gran primer tiempo y estuvo a merced de los madrileños tras el descanso. Pero el domingo, en la vuelta, el Villarreal B fue muy superior y ganó 2-0 a los madrileños.

El técnico jienense Miguel Álvarez ha tocado pocas teclas en estos cuatro primeros partidos de la fase de ascenso. Un once muy definido bajo el patrón del 4-4-2, con mucha movilidad entre los extremos y los delanteros. Para esta ronda final sólo hay una baja confirmada como es la del centrocampista Ramiro Guerra, que lleva cinco meses en el dique seco sin poder actuar.

En la portería está un Ander Cantero que salvó los muebles al filial tanto ante el filial del Athletic como ante el Fuenlabrada. En la línea defensiva son fijos los cuatro. El lateral derecho de Benidorm, Miguelón Llambrich, un portento físico, y por el izquierdo está el ilerdense Xavi Quintilla, jugador de 23 años con mucho oficio, que sube por la banda con frecuencia y que va bien en las acciones en el balón parado. La pareja de centrales es para Pau Francisco Torres y Juan Ibiza.

En el centro del campo, el pivote defensivo Imanol García es una de las grandes piezas, y en tareas creativas un juvenil zaragozano como es el internacional Manu Morlanes. Por las bandas ha irrumpido en los dos últimos meses otro juvenil, éste nigeriano, como es Samu Chukwueze, con gran desborde, regate y pegada. Él va por la derecha, y por la izquierda está el otro alicantino (de Jacarilla), Víctor Moya «Chuca».

Y delante es donde más problemas hay. Dani Raba, que ha debutado con el primer equipo del Villarreal en Liga y en la Europa League, es uno de los fijos. Y luego llega el dilema. Por veteranía tiene que jugar el balear Adrià Dalmau, pero a veces le toca al tercer alicantino de la plantilla, Darío Poveda (de San Vicente del Raspeig), o bien el onubense Simón Moreno. Son delanteros que no acaban de estar afortunados de cara al remate.

Están en el banquillo otros futbolistas con futuro como el central Roger Riera, el extremo argentino Leo Suárez, el lateral Enric Franquesa, Pedro Martínez (extremo de Dolores), y los citados Simón, Darío Poveda y el único refuerzo del mercado de invierno: el delantero pacense Rubén Mesa.