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El Elche tiene asegurada la tercera plaza y no está dispuesto a arriesgar a sus jugadores más de la cuenta en Olot para terminar segundo

El empate ante el Hércules ha servido para superar en la tabla al Villarreal B. matías segarra

Ser o no ser, esa es la cuestión, o lo que es lo mismo para el Elche, a falta de una jornada para finalizar la Liga regular, ser segundo o tercero, esa es la cuestión. El domingo en Olot, a partir de las 18 horas, se medirá a un rival que se juega el descenso de categoría. «Yo quiero quedar segundo, pero debo poner en la balanza que hay jugadores con tarjetas y otros con molestias, y tampoco podemos arriesgar. Vamos a tener un encuentro muy duro porque ellos se juegan la vida», señaló Pacheta el domingo, al final del derbi ante el Hércules, consciente de que puede tener seis bajas por las lesiones de Corozo y Edu Albacar; además de la de Manuel Sánchez, que debe descansar por tarjetas; y de las de Iván Sánchez y Jony, a los que no se va a arriesgar porque suman cuatro cartulinas y, si ven un quinta, se perderían el primer partido de la promoción; y la de Josan, con molestias musculares y al que no se quiere arriesgar. Incluso podría entrar en la lista Gonzalo Verdú, que lleva muchos minutos en sus piernas.

Esta situación puede obligar al técnico burgalés a llevarse a jugadores del filial como Benktib, Samba o Leomar en un momento en el que los de Fidel Martínez se juegan la permanencia frente al Eldense. «Antes es Dios que todos los Santos. Habrá algún chico que vaya y con posibilidades de jugar», dijo Pacheta el domingo, aunque luego, durante la semana, podría variar su discurso para no perjudicar al Ilicitano.

En estos momentos, a falta de una jornada para el final, el Elche es segundo y debería jugar su primera eliminatoria con un cuarto. Del trío formado por Rápido de Bouzas, Bilbao Athletic y Extremadura saldría el equipo al que enfrentarse, con el primer partido lejos del Martínez Valero.

Tres eliminatorias le quedan por delante al Elche para regresar a la categoría perdida hace un año. Estos seis partidos se disputan de domingo a domingo y el fin de semana del 24 de junio el equipo de Pacheta puede estar en Segunda.

Una promoción muy exigente

Son 16 los equipos que entrarán el próximo lunes en el bombo en la sede de la RFEF a partir de las 16.30 horas. Los campeones de cada uno de los cuatro grupos de Segunda B toman el camino más corto ya que entre ellos se hacen dos eliminatorias. Los dos vencedores dan el salto a Segunda División. Los ganadores, seguidamente, disputarán una final para decidir quién se proclama campeón de Segunda B.

Por su parte, los dos que salgan perdedores siguen vivos y tendrán una nueva oportunidad de luchar por el ascenso. De hecho, la pasada campaña subieron los cuatro primeros. Mientras tanto, el resto, los segundos, terceros y cuartos clasificados de cada grupo deben superar tres eliminatorias para dar el salto a la categoría de plata.

Los segundos se medirán con los cuartos, con el partido de vuelta en el campo del mejor clasificado en la Liga regular. No se permiten los emparejamientos entre equipos del mismo grupo. Los terceros se enfrentan entre sí, con el encuentro de ida en el campo del club cuya bola haya salido primero del bombo.

En la segunda ronda entrarán los dos campeones que cayeron en la primera eliminatoria y los otros seis equipos que han superado la eliminatoria inicial de los que quedaron en la Liga regular entre el segundo y el cuarto puesto. Quedarán ocho equipos para dos plazas.

En este segundo sorteo, los campeones deben medirse a los peores clasificados que hayan superado la primera fase, evitando duelos entre escuadras que se vieron las caras en el mismo grupo y con la vuelta en casa del mejor clasificado.

Y en la tercera y definitiva ronda, con cuatro equipos en liza, también prima a los primeros clasificados a la hora de establecer las eliminatorias. Si es posible se evitan los duelos entre equipos que coincidieron en la Liga.

El Fabril va a jugar

El Deportivo, descendido a Segunda, no podría coincidir en esa categoría con su filial, que ha conseguido la plaza para disputar el «play-off». El Reglamento de la Federación (RFEF) lo impide. De todas formas, el club gallego decidió ayer que no va a renunciar a jugar dicha liguilla de ascenso porque a su juicio sus futbolistas se lo han ganado en el campo.

Argumentan que, tanto en Primera como en Segunda, la LaLiga no confirma hasta el 30 de junio si los clubes están al corriente de pago con las Administraciones Públicas y AFE. De no estarlo, y ahí está el precedente del Eibar, en el caso del Elche, aparecerían los descensos administrativos. Si un equipo de Primera fuera descendido administrativamente en junio, el Deportivo podría recuperar su plaza en la élite. Solo en ese caso, su filial, si disputara los «play-off» y los acabara con éxito, podría ascender a la división de plata. Una complicada carambola, pero no imposible. El hecho de que el quinto clasificado en el grupo I de la Segunda División B sea el filial del Celta también ha animado a los deportivistas a jugar el play off, y así evitar que lo hago el eterno rival.

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