El Elche sumó un punto en un partido loco que perdía 2-0 en el minuto 4. Los desajustes defensivos ante el Mestalla, que se maneja como pez en el agua en los partidos con idas y venidas, provocaron un descalabro inicial que ni jugadores, ni tampoco los más de 300 seguidores que había en las gradas del Antonio Puchades, podían comprender. Las sensaciones en ese momento fueron terribles. En apenas cuatro minutos, los ilicitanos habían recibido tantos goles como en los siete encuentros disputados anteriormente en la era Pacheta.
La reacción franjiverde no se hizo esperar y antes del minuto 5, Sory Kaba acortó distancias. Unos segundos antes, Collantes tuvo otra buena ocasión que no acertó a aprovechar.
Cuando parecía que las aguas volvían a su cauce, otro error en la medular franjiverde dio paso al 3-1. Al filial valencianista le salía todo, mientras que el Elche, en esas idas y venidas de ambos equipos, no era capaz de castigar con la misma moneda a su rival.
Pese al nuevo mazazo nadie se vino abajo. El equipo ilicitano fue capaz de cambiar el ritmo del partido, ser más sólido y solidario en su trabajo defensivo y comenzó su remontada. Tuvo fe en ella y puso los argumentos futbolísticos para tratar de dar la vuelta a una situación complicada y se volcó sobre el rival, con más cabeza que corazón.
Con ese nuevo guión, el 3-2 lo puso Manuel Sánchez, en el 34 y, antes del descanso, el Mestalla se quedó con un hombre menos por la expulsión de Jordi Sánchez.
La segunda mitad fue un asedio sobre la meta de Rivero. Empató Sory Kaba, en el 51, con una chilena de muy bella factura. Una jugada que había ensayado hace una semana en los entrenamientos con Leomar Pinto. En esta ocasión, el guineano lo hizo todo dentro del área pequeña y subió al electrónico la igualada (3-3).
Se sucedieron las ocasiones en el área valencianista, pero el balón se mostró remiso a entrar una y otra vez. Nino, en varias ocasiones, pudo hacer el cuarto, también Sory Kaba, pero el marcador ya no se movió. El festival goleador se frenó en seco.
La expulsión de Jordi Sánchez, aunque resulte paradójico, no ayudó al Elche porque durante la segunda mitad el Mestalla, con un jugador menos, estuvo más equilibrado, se atrincheró atrás y apenas tuvo espacios por delante para salir en velocidad sobre el área de José Juan.
El conjunto franjiverde nunca perdió la compostura a pesar de que el rival ya no dejaba tantos huecos como lo hizo en el inicio, supo manejar los tiempos del encuentro, nunca se obsesionó con llegar al área rival y fue madurando el partido. Le faltó culminar, pero dejó la sensación de que hizo lo que debía a partir del desastre inicial.
El Elche mereció conseguir la remontada, pero no llegó. Pese a ello, los 300 seguidores del conjunto ilicitano que accedieron al Antonio Puchades despidieron al equipo con una gran ovación y dejando claro en sus cánticos que el ascenso de los franjiverdes al final de campaña va a ser posible.
El punto puede saber a poco, pero el Elche hizo todo para ganar y demostró que tiene carácter. Por este camino el éxito está más cercano. Los 15 minutos de desajustes provocaron el 3-1, pero a partir de ahí, los ilicitanos se dejaron la piel en el campo. Los errores le penalizaron de manera cruel, pero se supo levantar y sólo faltó el cuarto para haber logrado el triunfo.
Rectificar es de sabios y el Elche fue capaz de hacerlo. Aunque de los errores también se aprende y ese arranque de partido no puede volver a repetirse de aquí al final de la competición regular y, mucho menos, en la promoción de ascenso. En esa fase decisiva los detalles son claves y los fallos se pagan muy caros. Al final, buenas sensaciones y un poco más cerca de jugar la liguilla por volver a Segunda.
