José Rojo, Pacheta, entrenador del Elche, afronta en el duelo de mañana en Formentera (11.30 horas) su sexto partido como técnico franjiverde. Desde que debutara con triunfo frente a la Llagostera (2-0) ha conseguido dos victorias y tres empates con una plantilla que, a su juicio, ha logrado «creer en la idea de que cuando se defiende fuerte lo demás viene por añadidura».

A partir de ahora, el preparador burgalés entiende que su equipo debe ir ganando confianza cuando tenga la posesión del esférico y no tener miedo al error para seguir evolucionando en juego de cara al tramo final de la competición. «Ahora hay que tener más confianza con el balón y no tener miedo al error, nos está costando ser más descarados y acabar las jugadas», admitió el técnico, quien confió en que el equipo dé «ese salto» para mejorar y llegar con más asiduidad al área ante del Formentera. Ante el Ebro, en un campo de semejantes características al recinto del conjunto balear, se apostó por ir a por el partido desde el inicio, pero faltó llegada durante muchos minutos, aunque con el 1-o en contra se consiguió ese propósito, lo que demuestra que el equipo está capacitado para hacerlo. «Tenemos que acabar más y rematar más, pero sin olvidar lo que nos hace fuertes», destacó Pacheta, quien comparó la visita a Formentera con la que realizó recientemente su equipo al campo del Ebro. «Hay que conseguir que el balón llegue en buenas condiciones a los mediapuntas y delanteros», insiste.

El técnico destacó el rendimiento del conjunto balear al señalar que «no está ganando los últimos partidos por casualidad. Tienen paciencia con el balón y deciden bien».

Pacheta afirmó que ve a sus jugadores «contentos y comprometidos» en el trabajo de la semana, aunque indicó que todas las buenas sensaciones deben confirmarse «si ganas en Formentera», ya que entiende que todo se refuerza con victorias. «No va a ser fácil ganar, nadie lo hace en Segunda B por 4-0. En la última jornada, hubo diez goles en el grupo, lo que demuestra la igualdad, aunque nosotros saldremos a ganar». Finalmente, admitió que tanto él como el vestuario mira «otras metas más ambiciosas», en alusión al liderato o a la diferencia sobre el quinto, aunque insistió en que el mensaje debe ser «ganar en Formentera, porque si lo logramos cambia todo».