Gabriel Corozo está viviendo sus peores momentos de su carrera futbolística. El lateral derecho del Elche se volvió a romper ayer la rodilla, en esta ocasión fue la izquierda, y ha dicho adiós a una temporada totalmente aciaga en la que solamente ha disputado dos partidos de Copa del Rey -frente al Badalona y el Durango- y en ambos fue sustituido en el descanso.

El jugador colombiano fue operado el 22 de noviembre de una fractura osteocondral del fémur de su rodilla derecha. Después de más de cuatro meses de duro calvario, la pasada semana regresó a los entrenamientos con el grupo y el joven futbolista de 23 años estaba muy ilusionado con tener alguna oportunidad antes del final de temporada. Incluso, en la sesión de trabajo de ayer se le vieron buenos detalles en más de una ocasión.

Pero en la última jugada del entrenamiento, en un ejercicio de ataques y defensas, Corozo sufrió un crujido en su rodilla izquierda, que, incluso, oyeron sus compañeros, y cayó fulminado al suelo con muestras de dolor y gritando.

Rápidamente corrió hacia él el jefe de los servicios médicos, el doctor César Quesada, que en un primer momento ya supo, al igual que el resto de jugadores, que la lesión era grave.

El lateral derecho franjiverde no paró de llorar de impotencia y dolor. Tuvo que ser trasladado al vestuario en un carrito del material acompañado de César Quesada y del utillero Sancho.

En ese momento, toda la alegría que había rodeado el entrenamiento se tradujo en tristeza. Toda la plantilla lamentó profundamente la mala suerte de Corozo y algunos compañeros aseguraron que estaba «totalmente destrozado en el vestuario».

Todavía no le han realizado pruebas, pero todo apunta a que se trata de una rotura del ligamento cruzado, por lo que tendrá que permanecer, como mínimo, entre cinco y seis meses fuera de los terrenos de juego. Corozo es sub'23 y está cedido por el Granada.