El Elche perdió ante el Peralada (1-0) tres puntos y, lo que es peor, vuelve a la casilla de salida después de las victorias contundentes sumadas frente a Badalona (1-3) y Aragón (5-1). Los franjiverdes fueron incapaces de superar a un rival inferior al que le bastó la intensidad y el saber a lo qué jugaban para quedarse con la victoria. Josico confesó el viernes, en la previa del partido, que si te relajas 45 minutos, te quedas sin los tres puntos. El Elche comenzó dormido y ya en el primero comenzó a cavar su fosa.
Del despiste inicial se pasó a 89 minutos en los que imperaron el desorden y no se fue capaz de enmendar el entuerto. Por la vía de acoso y derribo, el conjunto ilicitano lo intentó, pero se mostró incapaz ante un rival que estuvo muchos minutos con un hombre menos por la expulsión de Soni, en el minuto 31. Luego, llegó la roja a Provencio, en el 68, y la de Andzouna, en el 85.
Josico Moreno sólo aportó caos en su equipo a partir del patinazo inicial y comenzó a perder el encuentro en el momento en que dejó en casa a Manuel Sánchez. Se lesionó Iván Zotko y no había nadie que pudiera jugar al lado de Gonzalo Verdú en el centro de la defensa. Apeló al debutante Manu, un lateral ofensivo al que el «nueve» del Peralada, Manel, le sacaba dos cabezas. En algunas ocasiones, Jony echaba una mano, pero entonces se perdía la medular. Demasiadas improvisaciones en un equipo diseñado para lograr el ascenso.
Con el desarrollo del encuentro, el técnico manchego fue metiendo en el campo a Nino, Sory Kaba y Josan, muchas balas para un equipo sin armas. Aquello parecía el ejercito de Pancho Villa, ante los guerrilleros de «Chicho», preparador del Peralada, que con tres tirachinas y el tambor, cada uno utiliza sus utensilios de trabajo de la mejor manera posible y los catalanes lo realizaron a la perfección, lograron el triunfo en una batalla que se presentaba como desigual del lado franjiverde.
El fútbol es bonito por ello, el pez pequeño se puede comer al grande y, ayer, el Peralada degustó un buen manjar, porque supo en todo momento lo qué tenía que hacer.
El Elche empezó dormido el partido. Como si no hubiera despertado a tiempo. En un error de concentración, en el primer minuto de juego, el Peralada rompió por banda izquierda y, Ranera, sólo dentro del área, empujó el balón en la portería de José Juan.
Un duro revés para los franjiverdes, que, en un abrir y cerrar de ojos, se veían por detrás en el marcador y obligados a remar a contracorriente ante un rival al que le iba la vida en cada balón.
El Elche confundió la precipitación con la velocidad. Además, le faltó fútbol para romper por banda al conjunto catalán, a pesar de que Soni dejó a los suyos con un jugador menos en el minuto 31.
Los franjiverdes se mostraron obtusos y sólo, en la última jugada de la primera parte, Iván Calero pudo empatar, pero su disparo lo despejó el Vito. Antes, en el 19, en una jugada de estrategia, Jony remató de cabeza un balón dentro del área a la manos del meta local.
Tras el descanso, los ilicitanos salieron con otro aire, pero, en el minuto 50, se lesionó Zotko y no había un central en el banquillo, ya que Manuel Sánchez se quedó en casa. Un error que dio paso a la confusión. El Elche fue víctima del caos y contra un rival con diez jugadores nunca fue capaz de llevar el control del partido. Empujó, sí, pero sin orden, ni tampoco concierto. Se intentó al menos el empate vía el acoso y derribo, pero ni por esas.
Para colmo de males, víctima de esa impotencia, Provencio se autoexpulsó en el minuto 68. El madrileño no puede dejar a su equipo con un hombre menos por protestar a un árbitro que ya había dejado claro que no le asustan las tarjetas.
Con las fuerzas igualadas, en el aspecto numérico, el conjunto de Josico tampoco fue capaz de decantar de su lado la contienda. De nuevo a la casilla de salida.
