Las victorias en fútbol curan todos los males y hay resultados que cuentan los partidos sin necesidad de muchas palabras. El 5-1 del Elche es sin duda uno de ellos. Aún más si se cuenta que el 3-0 llegó en el minuto 50 y ya el filial maño bajó los brazos y pensó en regresar lo antes posible a casa.
No cabe duda que una goleada así es siempre una mezcla del buenhacer de un equipo, el ilicitano, y las debilidades del rival que, en el caso del filial del Real Zaragoza, está muy verde. El Elche fue efectivo adelante en la primera mitad, Benja convirtió en gol las dos ocasiones que se fabricó, mientras que los pupilos de César Láinez se mostraron como un quiero y no puedo. Contaron con dos oportunidades de batir a José Juan, pero les faltó acierto. En el pulso de la efectividad en el área contraria el color fue franjiverde.
El Elche, que quería ganarse el cariño de la grada, después de terminar con pitos los duelos ante Olot y Sabadell, se encontró un gol en el minuto 6 y, con él, pareció sacudir todos los miedos que había cargado dentro de su maleta en los últimos duelos.
El 1-0 fue como abrir una botella de gaseosa. No obstante, los ilicitanos no aprovecharon esa diana para matar el partido y durante muchos minutos el rival se quedó con el balón, el centro del campo franjiverde esperó más de la cuenta y un contrincante con más enjundia quizás hubiera hecho más daño.
Lo cierto y verdad es que al borde del descanso, llegó la segunda diana de Benja y el guión del partido prácticamente visto para sentencia. Todo quedó narcotizado con la tercera diana franjiverde, obra de Gonzalo Verdú a la salida de un córner, en el 50. Los franjiverdes pasaron a dominar el duelo y la salida de Sory Kaba, y, sobre todo de Nino, que marcó un gol, alegraron la moral de la parroquia franjiverde.
Lo dicho, el Elche-Aragón duró 50 minutos. Justo el tiempo en el que Benja, en dos ocasiones, y Gonzalo Verdú, marcaron los tres primeros goles de los locales. A partir de ahí, los franjiverdes lo tuvieron fácil y llegaron las dianas de Lolo Plá y Nino. Los ilicitanos fueron una auténtica apisonadora en esa segunda mitad ante un filial con pie y medio en Tercera División. Los dos goles de Benja acallaron los pitos de una afición a la que no le gustó el equipo en la primera parte. El catalán impuso la ley del fútbol, sus dos goles. No se notó sobre el campo la diferencia entre el colista y el Elche. Pero arriba, Benja no perdonó. Su pegada resultó determinante.
El Elche se adelantó en el marcador en el minuto 6, pero, a partir de ahí, se perdió en la mediocridad. No dominó el centro del campo y dejó que el Aragón fuera el dueño del balón. Incluso los maños tuvieron un par de ocasiones para empatar, pero se mostraron muy bisoños arriba. Se escucharon pitos en la grada, pero, al borde del descanso, Benja firmó su segunda diana, aprovechando una indecisión del rival.
Nada más empezar la segunda mitad, Gonzalo Verdú, a la salida de un córner, hizo el tercero y el filial maño bajó los brazos de forma definitiva. Seguidamente, Lolo Plá, firmó el gol cinco mil oficial del Elche, según informa Antonio J. Pamies. El quinto de la tarde lo marcó Nino, que había salido unos minutos antes. Los maños maquillaron el marcador con una diana de Rai en el 85.
Goles son amores. Los noventa minutos terminaron con la ovación de la afición, después de los pitos escuchados ante Olot y Sabadell, y durante algún momento de la primera parte de ayer. Bien está lo que bien acaba y más si es por 5-1. Al equipo le hacía falta firmar dos victorias consecutivas.
Con razón un grupo de investigadores de la Universidad de Coimbra, en Portugal reveló que ante situaciones de emociones positivas como un gol, una buena jugada o un buen resultado, se activan en el cerebro regiones similares del córtex frontal, donde se libera dopamina a modo de recompensa. Algo similar al sentimiento de una persona enamorada. En esta ocasión fueron 5 goles.
