Después de 19 en el fútbol profesional, disfrutado de Primera y Segunda División, el inesperado descenso de la temporada pasada ha llevado al Elche al pozo de la Segunda B. Un calvario en el que no puede estar mucho tiempo porque significaría poner en peligro el futuro y la viabilidad económica de la entidad franjiverde.

Hasta ahora, el aspecto deportivo había tapado los problemas institucionales y la división entre buena parte de la afición contraria al actual consejo de administración. La guerra entre Diego García y el IVF continúa y la sombra de José Sepulcre sigue siendo alargada.

La solución parece complicada porque hace falta mucho dinero, entendimiento y diálogo, algo que no ha aparecido hasta ahora y el futuro inmediato pasa porque la pelota quiera entrar y, de nuevo, lo futbolístico supere a los problemas de los despachos.

Por ello, el ascenso es el único objetivo en la presente temporada. Volver a Segunda División es una necesidad perentoria y, a priori, el conjunto ilicitano tiene mimbres para ello.

La ayuda por el descenso y el hecho de que no se ha haya aprobado todavía el convenio de acreedores dan una tregua a la entidad franjiverde, que esta temporada todavía puede moverse en parámetros económicos superiores al resto del rivales de la categoría.

Diego García, ha confiado el proyecto deportivo a Jorge Cordero, un hombre de Quique Pina, que aterrizó en el Martínez Valero no sin polémica por su pasado con una persona declarada non grata en tierras ilicitanas. Con el paso del tiempo, Cordero ha logrado limar la crispación con la configuración de una plantilla que es muy elogiada por los rivales y a la que todo el mundo ha puesto el cartel de favorita para conseguir el ascenso.

Además, el director deportivo ha hecho los deberes con tiempo y, prácticamente, en un tiempo récord ha configurado un equipo que, desde fuera, es la envidia de toda la categoría.

Como era de esperar la plantilla es totalmente nueva. Con el descenso, todos los jugadores del año pasado quedaron libres. En poco más de un mes, Cordero ha sido capaz de firmar hasta 17 futbolistas nuevos y todos ellos con la vitola de la experiencia en equipos que están acostumbrados a luchar en la parte alta de la clasificación y que han disputado los play offs de ascenso en las últimas temporadas.

En la portería se ha apostado por la veteranía y la juventud. José Juan aporta la experiencia y Guille Vallejo las ganas de crecer.

No encajar goles en clave en Segunda B y el Elche ha traído a jugadores contrastados. Tekio llega del UCAM de Segunda División, y el ecuatoriano Corozo le apretará en la lucha por el puesto. Golobart, Gonzalo Verdú y Adrián Jiménez fueron claves la temporada pasada en Murcia, Cartagena y Toledo, respectivamente, aunque se quedaron a las puertas. Y Albacar y Peris aportarán veteranía en el lateral izquierda.

En el centro del campo, Manuel Sánchez, Provencio, Diego Benito, Collantes, Iván Sánchez o Javi Flores conocen perfectamente la categoría. Y para marcar goles, el Elche cuenta con un cuarteto de luo: Nino, Benja, Lolo Plá y Sory Kaba.

Vicente Mir tiene los mimbres y ahora la pelota tiene que hablar.