Dani Provencio ya tiene ganas de que comience a rodar el balón y pisar de nuevo el césped del estadio Martínez Valero en un partido oficial. Quizás sea el deseo de quitarse el mal sabor de boca que le dejó la última vez que estuvo sobre él. En el encuentro Elche-Mirandés (0-1) vio la cartulina roja, tras mostrarle el árbitro dos amarillas, en el minuto 89, por golpear a un jugador franjiverde «de forma temeraria en la disputa de un balón», según rezaba en el acta del árbitro del citado duelo que cayó del lado burgalés, pero que sirvió de poco a ambos contendientes, que terminaron con los huesos en Segunda B.

Se define como «un jugador mixto» porque «no soy un goleador en la mediapunta», pero «trabaja mucho en el campo y hace jugar al resto». Entiende que tiene «mucho recorrido en el campo y no soy ni un seis, ni un diez, un ocho, un "todocampista". Bueno, donde me pongan intento hacer lo mejor posible. He jugado en muchos puestos, pero donde mejor me encuentro es el centro del campo y abarcando mucho terreno», dice.

Quizás por ello su espejo es el actual técnico del Real Madrid Zinedine Zidane, del que ha reconocido que veía vídeos para motivarse ante los grandes retos. No olvida su paso por la cantera del Real Madrid, donde estuvo cinco años jugando con futbolistas como Granero, Javi García o Lora. Junto a ellos se alzó con el Torneo de Brunete de 1999. Allí, Provencio fue testigo de primera mano de la victoria blanca en la final sobre un FC Barcelona en el que jugaban Cesc Fábregas y Piqué. El 26 de junio de 1999, con Provencio soñando a ser Zidane , y Lora anotando un fenomenal «hat-trick», se coronaron como el mejor equipo alevín de aquel año.

Fueron días bonitos, pero Provencio sabe que del pasado no se vive en el fútbol y que hay que trabajar duro para abrirse un espacio en la actual plantilla franjiverde. Es consciente de que «aquí nadie te puede asegurar un puesto. Vengo a trabajar muy duro por mi actitud. Todos partimos de cero para luchar por un puesto y quedan cuatro partidos de pretemporada para ponérselo difícil al entrenador, que tiene que hacer la alineación más competitiva para que nos den los tres puntos».

Un bonito reto

A pesar de que en los últimos tres años ha estado jugando en Segunda División, con el Mirandés, entiende que «venir al Elche no es un paso atrás». Considera que el objetivo del club ilicitano «es muy ambicioso» y el director deportivo, Jorge Cordero, «estuvo muy interesado en mí y me contó el proyecto que tenía en sus manos y, la verdad es que no me ha sorprendido nada. Se están realizando grandes fichajes y pienso que vamos a ser el equipo más competitivo de Segunda B. El reto es muy bonito y la presión no es otra que la de quedar los más arriba posible porque el club y la afición así lo dictan».

Afirma Provencio que «estamos obligados a salir desde el pitido inicial a demostrar que somos el favorito de la categoría».

Un bonito reto

Militó en el Levante B y en el Hospitalet y tiene experiencia en el grupo III donde va a competir el Elche la próxima campaña. Entiende que «el objetivo inicial es quedar primeros para buscar luego el ascenso a Segunda División, pero el grupo es complicado. En casa es distinto, a los rivales se les puede atragantar nuestro campo. Pero, a domicilio, habrá que intentar ser prácticos para sacar el máximo número de puntos fuera, que son los que nos van a permitir estar arriba».

El nuevo jugador franjiverde es optimista con la plantilla que ha configurado el director deportivo Jorge Cordero. «Contamos con jugadores de mucha calidad, pero también futbolistas que trabajan al máximo. Lo importante es que haya una mezcla de ambos. En esta categoría hay que trabajar mucho para estar arriba, pero también hay que tener calidad y gol. Mejor equipo no se podría haber hecho», avisa al entorno franjiverde.

El centrocampista madrileño también tiene palabras de elogio hacia su técnico Vicente Mir. «Es un entrenador exigente y con las ideas claras. Es importante que sepamos lo que quiere. Así lo prefiero. Diciendo las cosas claras, el equipo se siente mejor», explica antes de confirmar que para él «es un aliciente» tener en la plantilla a Diego Benito, un amigo con el que coincidió en el Rayo Vallecano. «He jugado con él varios años y nos llevamos muy bien. Somos de barrios madrileños cercanos y me entiendo a la perfección con él. Me puse muy contento al saber que iba a firmar por el Elche. Vamos a darlo todo».