El Elche-Oviedo (0-2) ha pasado a la historia del club franjiverde como el partido del desencanto. El día en el que se dijo adiós a la Segunda División para caer en el pozo de la categoría de bronce. Algo más de 90 minutos de reproches, de desazón y críticas a jugadores y consejo de administración por no haber sido capaz de evitar la hecatombe.

En el medio de ese canto al desastre, una luz, el debut del capitán del Elche Ilicitano Javi Llor. No era el mejor momento para hacerlo, pero el centrocampista oriolano no olvidará jamás ese 10 de junio de 2017. Vivió el lado más amargo del fútbol, pero también su puesta de largo con la camiseta del Elche. Con el dorsal 34 saltó al campo en el minuto 80 en lugar de Guillermo. Su sueño se hizo realidad en un momento difícil, pero guardará siempre en su cofre de las cosas buenas que le pasan a uno en su vida. Le ha costado mucho que llegara ese día, pero ahí está. Su trabajo en la sombra al final ha tenido premio.

Ahora, debe ser capaz de seguir en la brecha. Con el Elche en Segunda B, la Federación Española (RFEF) exige un mínimo de cinco fichas de jugadores sub-23 en la plantilla por lo que el oriolano tiene la oportunidad de explotar la próxima campaña todo lo que se espera de él.

Vicente Parras, que lo había tenido en el filial, lo hizo debutar. El preparador afirma que Llor “es una especie de Frank Lampard, un volante “box-to-box”, como se califuca en el fútbol inglés». Es decir, un “un mediocampista que tiene presencia en las dos áreas. Se trata de un volante mixto con gran dinámica y físico, que posee una muy buena técnica”, insiste Parras.

Vicente Mir, que puede dirigir el equipo ilicitano la próxima campaña, lo conoce muy bien. No en vano le hizo debutar en Segunda División B cuando era juvenil en el Ilicitano.

Javi Llor se inició en el Orihuela y seguidamente, militó en el Real Murcia antes de llegar al cadete del Hércules. En su primer año de juvenil fichó por el Elche y fue cedido al División de Honor del Alicante. Una temporada más tarde ya jugó en el Elche en la máxima categoría de juvenil y debutó en Segunda División B a las órdenes de Vicente Mir. El sábado jugó sus primeros minutos con el primer equipo. El 34 pide paso. El «Lampard franjiverde», como lo definen dentro del club, tiene que llamar a la puerta con contundencia.