Hoy cumplen dos años, fue el 5 de junio de 2017 a las 10.30 horas, desde que el Juez Único de Disciplina Social de la LFP, Manuel Rivero González, hizo oficial la sanción de hacer descender al Elche a Segunda División por «el mantenimiento de deudas por parte de dicha entidad con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT)». El equipo ilicitano acabó la temporada 2014-15 en la décima tercera posición de la clasificación en Primera

Una sanción que el pasado martes vivió su último capítulo cuando la jueza Eva María Alfageme dejó claro en su sentencia que al Elche no se le devuelve a la máxima categoría y que el descenso vino provocado por el daño causado a la lealtad de la competición y no por el impago a última hora a Hacienda, señalando de esta forma al consejo dirigido por José Sepulcre.

El descenso administrativo provocó un enorme trauma en la afición ilicitana y unas heridas que aún no han cicatrizado, a pesar de que deportivamente, y pese a la renovación de la plantilla, dirigida por el debutante Rubén Baraja, el Elche salvó la pasada temporada con nota y rozando, incluso, la fase de ascenso.

Esta campaña, el equipo, dirigido por Alberto Toril, partía con el objetivo de pelear un puesto en la promoción e incluso se reforzó en Navidad con esas intenciones. No obstante, esta plantilla nunca fue capaz de vivir en el ático dela Liga, le faltó siempre ganar dos partidos seguidos para conseguirlo. Sin embargo, el equipo entró en barrena a finales de marzo y pese a la llegada de Vicente Parras en el banquillo el Elche ya no reaccionó, encadenando una nefasta racha de ocho partidos sin ganar que le ha condenado a Segunda B a pocas horas del segundo aniversario del descenso administrativo.

En solo dos años, el Elche ha descendido dos categorías y ha tenido tres presidentes, Juan Anguix, Juan Serrano y Diego García; cuatro directores deportivos, Víctor Orta, Javier Cabello, Ramón Planes y Chuti Molina; y cuatro entrenadores, Fran Escribá, Rubén Baraja, Alberto Toril y Vicente Parras.