La afición del Elche dio ayer todo ejemplo de amor a los colores. 460 seguidores, repartidos en nueve autobuses, madrugaron para viajar hasta Cádiz con el fin animar al equipo. Se escuchó el «Aromas Ilicitanos» y también se entonó el «¡herculano el que no bote». Increíble el ambiente que terminó con un regreso de funeral y con lágrimas en los ojos en la mayoría de los desplazados.

Además de animar a los suyos no pararon de mirar a los móviles para seguir el resto de partidos. El gol del Mirandés se recibió bien, pero antes del descanso marcó el Alcorcón en Murcia frente al UCAM y eso obligaba al Elche a ganar porque, de lo contrario, los ilicitanos se iban a Segunda B. Quedaba todo la segunda parte por delante.

En el minuto 53 llegó el gol de Aridane y todo se vino abajo. A pesar de ello, se siguió animando hasta el pitido final. Incluso, se terminó gritando «¡Elche, Elche!» y tratando de consolar a jugadores como Nino con lágrimas en sus ojos. La afición local, que celebraba la clasificación de su equipo para la promoción de ascenso, tuvo el detalle de animar tanto a los seguidores franjiverdes como a los pupilos de Vicente Parras cuando finalizó el duelo y se dirigían a los autobuses.

Uno de los buses se averió a 150 kilómetros del Ramón de Carranza y los que viajaban en él tuvieron que esperar unas horas para que uno de los que llegó con aficionados a la capital andaluza regresara a por ellos.

En el palco, el presidente Diego García, acompañado de los consejeros Ramón Segarra y César Nohales, además de por el secretario general Juan Pascual. Destacar la presencia del exgerente franjiverde, ahora director administrativo del Cádiz, Francisco López, y del recordado en tierras ilicitanas Quique Pina. También acudieron al duelo el expresidente Juan Serrano y el que fuera su vicepresidente José Alberola.

En las redes sociales el descenso del Elche fue uno de los más se guidos y algunos exjugadores lo utilizaron para dar mensajes de ánimo