El Elche afronta los dos próximos partidos de Liga ante Cádiz y Oviedo, rivales que se están jugando su presencia en la promoción de ascenso y con los que el club ilicitano tiene deudas pendientes del pasado. Ambos equipos están en la retina del aficionado franjiverde porque frente a ellos se sufrieron dos de las mayores decepciones que el blanquiverdismo ha vivido en su larga historia. En ambos partidos el club ilicitano se quedó a las puertas del salto a la máxima categoría. Muchos años después, los triunfos ante andaluces y astures se presentan como vitales, en esta ocasión, no para dar el salto a la élite del fútbol español, sino para no verse en el infierno de la Segunda División B. Un buen momento para cobrar deudas pendientes.

El 1 de julio de 1972 el Elche se quedó sin premio porque en la última jornada no fue capaz de batir al meta del Oviedo, Lombardía. Lo paró todo. El partido terminó empate a cero y todo el mundo recuerda al entonces delegado de campo de la entidad, Joaquín Vidal, colocado junto al palo y, con medio cuerpo dentro del campo, gritándole al meta asturiano: «¡Lombardía, Lombardía! ¡Que está todo arreglaoooo! ¡Déjate meter un gol!».

Dos ilicitanos, Sabateret y su amigo Joaquinet, diseñaron un cohete de metal para el partido. Fue paseado por el césped de Altabix, antes del encuentro, pero al final se quedó sin «despegar».

Años después, el 24 de mayo de 1981 el Elche recibió al Cádiz en el Martínez Valero. A los franjiverdes sólo les hacía falta un empate para subir a Primera, pero cayeron derrotados ante un equipo andaluz que con esa victoria sí lo hizo. A la media hora de juego, un balón centrado al corazón del área del Elche era peinado por Zúñiga que, con la inestimable colaboración del portero del Elche Campos, ponía el 0-1 en el marcador. Txomin, en el minuto 56, empataba. En el 79, Juan José se internó por la banda derecha y puso un servicio que peinó Zúñiga hacia atrás. El balón llegó a Pepe Mejías que con un trallazo con la derecha ponía el 1-2 final.