Vicente Parras gana mucho en las distancias cortas. Su poder de convicción es grande en el cara a cara y se le nota seguro de que va a sacar adelante este reto. Prefiere no mirar para atrás, tampoco busca excusas y en lo único que piensa es en aprovechar cada segundo de su vida en buscar la fórmula adecuada para frenar la mala dinámica de resultados del Elche. Insiste en la idea de que con un resultado bueno la plantilla tomará aire y podrá acabar con la ansiedad, un virus futbolístico que se ha instalado en el vestuario, que agarrota a los jugadores y que provoca la aparición de las prisas y aumenta la falta de fiabilidad cuando se pisa el área contraria. Se han mejorado muchas cosas desde su llegada hace ahora más de dos semanas, en sustitución de Alberto Toril, pero, al final, el fútbol son resultados y necesita una victoria como el comer. Puede ser el mejor antídoto para todos los males del grupo.

Está en su papel de afirmar que el club se va a salvar, pero, ¿está verdaderamente convencido de ello?

Yo soy el primero que piensa que esto se puede sacar adelante. Es cierto que se ha complicado mucho más de lo que nosotros hubiéramos querido, pero hay Liga y quedan cuatro partidos. Estamos un punto por debajo de la salvación y no podemos pensar más allá de Getafe. Tenemos que ir convencidos de que se puede ganar, ya que con tres puntos todo cambiaría mucho. Hay que saber competir y con nuestras armas hay que salir de abajo. Es vital mantener tanto el equilibrio como la estabilidad emocional. Para saber competir hay que controlar esa ansiedad que tenemos dentro.

Entenderá que después de no ser capaz de ganar al colista, con un jugador más durante 60 minutos, el número de incrédulos se haya disparado...

Está claro que pensaba que íbamos a ganar el sábado. Pero también es cierto que con esos tres puntos teníamos que seguir peleando. En esa situación estamos y nadie puede bajar los brazos. La salvación está a un punto y quedan doce por disputarse. El mensaje es muy claro

Entonces, ¿le salen las cuentas?

Lo único que pienso ahora es en puntuar en Getafe. Luego, veremos lo que hacen los rivales, dónde estamos en la tabla y nos pondremos a pensar en el Reus. Es mejor no mirar más allá del Coliseum Alfonso Pérez. En esta categoría cualquier equipo puede ganarte y nosotros debemos pensar que podemos superar a todos nuestros rivales. La realidad es que estamos estancados en 42 puntos y hay que salir de ellos lo antes posible.

¿Entiende a los que ya han activado el botón de la autodestrucción del equipo y piensan que ya no hay nada que hacer?

Los comprendo, porque venimos de estar bien y nos hemos metido abajo. Pero en mi forma de ser no vale rendirse. Los equipos de abajo que nos han visitado nunca han bajado los brazos y con esa mentalidad tenemos que afrontar los cuatro partidos que quedan. Desde el entorno hay que mandar a la plantilla ese mensaje de que hasta el último momento hay que competir. Hay que dejarlo todo en el terreno de juego y nunca darse por vencido. Repito, el resultado ante el Mirandés no fue el que queríamos, pero quedan 12 puntos y tenemos que ir a por ellos.

¿Pudo dormir en la noche del sábado, tras la derrota ante el conjunto castellano?

Las noches de los partidos normalmente son muy largas y más cuando pierdes y en la situación en la que estamos. Pero, a partir del día siguiente, soy una persona que tiene claro que debe seguir luchando. Lamentarse no sirve para nada. Nosotros creemos en nosotros mismos y en cada entrenamiento trabajamos duro para volver a competir.

Más que entrenador debe ser sicólogo para levantar al equipo de su situación tras los últimos reveses...

El equipo termina los partidos muy mal porque el nivel de compromiso es muy alto. Tras la derrota frente al Mirandés el vestuario estaba hundido, pero, desde el lunes, el grupo se ha venido arriba consciente de que la salvación está en nuestras manos, más allá de si luego tenemos que enfrentarnos a Reus, Oviedo y Cádiz. Tenemos que ir a Getafe a competir con todo y conscientes de que tenemos armas para llevarnos el partido.

¿Qué ha hecho en los dos últimos entrenamientos para recuperar la moral de la tropa?

Lo primero, analizar los errores cometidos. No vale nada mirar para otro lado. Tenemos que mejorar en el tema ofensivo la faceta de la circunvalación de balón, la velocidad, que pasen cosas y que aparezca la fluidez y el desborde. A partir de ahí, fijarse en las cosas que estamos haciendo bien. Éramos un equipo que recibía muchos goles y nosotros, hasta el minuto 90, tanto en Mallorca como frente al Mirandés, cerramos la portería. Sin esos dos goles a balón parado estaríamos hablando de solidez defensiva y de equipo más junto.

¿Ansiedad o falta físico?

Es difícil separar una cosa de la otra. En los últimos entrenamientos ya compruebo que el ritmo es más alto. Poco a poco lo vamos consiguiendo. A partir del minuto 80, el pasado sábado, se notó que había mucha ansiedad. El reloj corría, las ocasiones no se convertían en gol y entramos en una espiral que nos perjudicó.

¿Le dolió el lunes, cuando llegaron a entrenar, ver pintadas en la fachada del Martínez Valero señalando a los jugadores como culpables de la situación del equipo?

Yo estoy dentro del vestuario y veo compromiso. Los jugadores terminaron los partidos ante Mallorca y Mirandés muy tocados. Todos saben lo que nos estamos jugando y la verdad es que lo de las pintadas me hubiera gustado no verlo. Es una lástima que todavía no le hayamos dado la vuelta a la situación porque a mí me hubiera gustado salir y agradecer a los futbolistas el esfuerzo que están realizando. Esa es la auténtica verdad. Los jugadores, todos, están muy comprometidos. Otra cosa es que no te vayan las piernas o no te funcione la cabeza.

¿Qué le dice el aficionado cuando le ve pasear por las calles de Elche?

Tengo que agradecer el apoyo que estoy recibiendo, no sólo de amigos y familiares, sino también de mucha gente que sin conocerme me manda mensajes y me insiste en que no me rinda. Quiero, primero, agradecer todas esas muestras de cariño. Pero también les digo que nunca voy a bajar los brazos. Jamás me rindo y eso trato de transmitirlo al entorno.

El domingo las redes sociales hablaban de su posible destitución e incluso se dieron nombres de sustitutos ¿Temió en algún momento por su puesto en el banquillo franjiverde?

El apoyo que recibo del club es total. Me transmiten que sigamos trabajando y si me pueden ayudar en algo para que esto cambie ahí están ellos. ¿La reunión del domingo y mi posible destitución? Claro que me llega por redes sociales, pero yo estaba muy tranquilo. En estas dos semanas que llevo como entrenador del primer equipo he tenido buena sintonía con el presidente y estoy seguro de que si hubiera algo de eso, con la confianza que hay entre los dos, me lo hubiera dicho. Él siempre me ha transmitido seguridad y confianza, pero aquí lo importante no es Vicente Parras, sino el Elche. Me dijeron que era una reunión de trabajo que no se hizo tras la derrota sufrida con el Mirandés y no le he dado más vueltas.

La verdad es que las lesiones se están cebando con el equipo. Ahora son bajas para el viernes Borja Valle, Pedro, Guillermo, además de Dorca...

El centrocampista Dorca no va a estar para Getafe y vamos a ver si llega frente al Reus. Por lesión tampoco viajarán Pedro y Guillermo. A Túñez y Pelegrín los recupero, pero Borja Valle será baja por tarjetas, aunque se ha presentado un recurso para ver si le pueden quitar la cartulina que le mostraron el sábado. En estos dos partidos me hubiera gustado tener más opciones de manejar tácticamente los duelos. El otro día, frente al Mirandés, me tocó hacer los tres cambios antes del minuto 60. Todos ellos obligados. La lesión de Guillermo nos trastoca mucho. Tuve que meter a Liberto, pero mi intención inicial era que entrara faltando 25 minutos y que nos aportara la frescura que tiene por fuera. Nos hubiera dado otra cosa. A Sory Kaba lo quería poner en el campo en el 80 para que nos aportara su fuerza. Me hubiera gustado recuperar antes a Dorca, pero con lo que hay es con lo que trabajo e intento sacar el máximo rendimiento. No vale la pena lamentarse ahora.

¿Qué Getafe espera el viernes en el Coliseum Alfonso Pérez?

Tenemos que saber a donde vamos. El Getafe está metido en una dinámica muy positiva, están jugando con las líneas muy cerca, aplicando muy bien la presión tras pérdida y cuenta con velocidad arriba. Nosotros debemos tener claro cuáles son las armas con las que contamos para anularlos y dónde les podemos hacer daño. Hay que ser listo, saber a las zonas de presión a las que podemos ir, estar muy atentos a las segundas jugadas, salvar bien la presión tras pérdida que hacen ellos. A partir de ahí, aprovechar nuestra velocidad para pillarlos. Tenemos que ser sólido atrás y tratar de aprovechar nuestras oportunidades en su área.

La útima pregunta, ¿se va a salvar el Elche?

Estoy plenamente confiado de que sí.