El Elche no parece tener solución y todo indica que está abocado al pozo de Segunda B. Un partido que debía ganar sí o sí, con cerca de 15.000 aficionados en el estadio animando, terminó con gritos de «¡directiva dimisión!» y la sensación de que el equipo ilicitano va camino del infierno.

Los franjiverdes no realizaron un buen partido, ya que su fútbol hace tiempo que desapareció, pero al menos contaron con varias ocasiones para decantar el resultado de su parte. El debutante Sory Kaba, en dos ocasiones, Borja Valle y Nino dispusieron de oportunidades para batir a Roberto, pero les falló la puntería.

Con la expulsión de Urko Vera, en el minuto 41, parecía que todo estaba a favor, pero no se fue capaz de noquear al rival. El equipo entró en una espiral de precipitación, la ansiedad hizo un hueco en la mayoría de los jugadores, el grupo quiso y no pudo, y la falta de físico terminó por pasar factura cuando se necesitaba una última marcha para decantar el duelo de parte local frente a los castellanoos.

Para colmo de males, este Elche tampoco tiene suerte. En el tiempo añadido, la estrategia de los visitantes volvió a abrir todavía más la herida franjiverde. Un balón colgado sobre el área lo remató dentro de la portería Carlos Moreno ante la desesperación de propios y extraños. El rival sólo había tirado una vez a puerta en todo el partido y se llevó los tres puntos. Bueno, unos minutos antes, Juan Carlos evitó un autogol de Iriondo.

Un guión demasiado cruel para un equipo que suma ya cinco derrotas consecutivas y ni siquiera el cambio de técnico ha logrado sacarle de la depresión futbolística en la que se ha metido. Físicamente los jugadores parecen estar tiesos, las lesiones y cambios antes de tiempo se multiplican, porque las piernas no van acordes con la cabeza.

El olor que desprende a Segunda División B este Elche es tremendo y sólo un milagro puede evitar caer en esa categoría maldita en los cuatro partidos que restan para acabar la Liga. Si no se es capaz de superar al colista, con un jugador menos, la pregunta del millón es clara en el entorno franjiverde: ¿A quién le va ganar este equipo? Getafe, Reus, Oviedo y Cádiz esperan. Los milagros en el fútbol existen, pero hay que tener demasiada fe para creer que se puede lograr.

El conjunto franjiverde salió lanzado sobre la portería, empujado por su afición, y a los tres primeros minutos de juego ya contó con dos ocasiones claras de marcar. La consigna era muy clara, decantar el marcador lo antes posible y, a partir de ahí, jugar con los tiempos del partido.

Fabián y Álex Fernández se situaron en la sala de máquinas, dentro de un dibujo táctico en el que Guillermo y Nino formaban la dupla en ataque. La idea inicial de Parras se vino abajo, en el minuto 12, con la lesión del delantero vizcaíno. El preparador franjiverde optó por dar entrada a Liberto en la banda izquierda y colocar a Borja Valle al lado de Nino.

El partido se equilibró ya que el Mirandés dejó claro que no llegaba al Martínez Valero entregado, aunque ambos equipos apenas merodearon las áreas.

En el minuto 41, Urko Vera se autoexpulsó tras darle un codazo a Correa y en la última jugada de la primera parte Roberto dibujó una espectacular parada que evitó que Borja Valle convirtiera en gol un remate de cabeza muy preciso.

Con un jugador más todo parecía ponerse de cara. Incluso, Nino, en el 47, tuvo una oportunidad clara de marcar, pero su balón se marchó arriba ante la desesperación de todo el mundo.

Poco a poco, las prisas y la precipitación se fueron adueñando de los franjiverdes al ver que el reloj avanzaba y no llegaba el deseado gol.

El debutante Sory Kaba, en dos ocasiones muy claras, pudo inclinar la balanza de lado local. Luego, en el 87, Josete remataba un balón de cabeza arriba. Y con el tiempo cumplido llegó la puntilla. En un balón colgado sobre el área, Carlos Moreno marcó para su equipo y el Elche sufrió su quinta derrota consecutiva.